El prototipo de 600 pies cuadrados tiene pisos, paredes y un techo impresos en 3D, todo hecho de fibras de madera y resinas biológicas de fuentes sostenibles. La casa es completamente reciclable y no requiere semanas de construcción para ensamblarla.
Existe una escasez de viviendas en Estados Unidos que se estaba presentando desde antes de la pandemia, igual que los problemas de la cadena de suministro que la acompañaron. Solo en el estado de Maine, hay un faltante de alrededor de 20 mil unidades de vivienda.
Jenny Schuetz, miembro senior de The Brookings Institution, argumenta que los problemas actuales de vivienda en el país están relacionados a restricciones por leyes de zonificación y reglamentos de uso de la tierra que no permiten a los ciudadanos construir más viviendas en sus vecindarios. Es decir, considera la crisis de la vivienda como un problema de política y no de infraestructura.
No obstante, la tecnología desempeña un papel muy importante en la mejora de la vivienda. El cemento, ingrediente clave del hormigón, tiene una enorme huella de carbono, y a partir de 2018 la producción mundial del material contribuyó aproximadamente al 8 por ciento de emisiones anuales de gases de efecto invernadero, más contaminación que la producida por toda la industria de las aerolíneas.
Se concluye que reducir o eliminar por completo la necesidad de hormigón en la construcción de viviendas podría cambiar las reglas del juego para el medio ambiente. Enfrentando esta escasez histórica de viviendas, investigadores de la Universidad de Maine creen haber encontrado una solución al problema. Utilizando las impresoras 3D más grandes del mundo, el Centro de Composites y Estructuras Avanzadas (ASCC) de la universidad, creó recientemente la primera casa impresa en 3D hecha completamente de materiales biológicos.
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Encontrar una manera de fabricar casas impresas en 3D a escala es un desafío que muchos investigadores han tratado de abordar en años recientes. Pero hasta la fecha, la mayoría de las soluciones implican el uso de hormigón o arcilla y métodos de construcción tradicionales como estructuras de madera. Este prototipo llamado BioHome3D de la ASCC es diferente.
Está hecho completamente de fibras de madera sostenibles y biorresinas. Después de imprimir en 3D cuatro módulos, el centro ensambló el BioHome3D en medio día. Luego, un electricista tardó unas dos horas en conectar la electricidad a la casa.
La ASCC sugiere que BioHome3D podría ayudar a abordar la escasez de viviendas en Estados Unidos, al reducir el material y la mano de obra necesarios para construir viviendas asequibles.
Imagen: Universidad de Maine