La policía china escanea los celulares estando en los bolsillos y hace reconocimiento facial de los manifestantes, después los buscan y detienen. El régimen de Xi Jinping ha desplegado todo su poder tecnológico para perseguir a quienes no están de acuerdo con las severas medidas anti covid-19.En las calles de grandes ciudades chinas se han registrado imágenes poco frecuentes en el gigante asiático. Jóvenes, incluso sin tapabocas, movidos por la frustración ocasionada por las severas y prolongadas restricciones sanitarias contra el covid-19, se enfrentan a la policía. Saben que el levantamiento popular les traerá duras consecuencias pero ya no parece importarles.En las protestas del reciente fin de semana corearon reivindicaciones políticas y exigieron la renuncia del presidente Xi Jinping, que recientemente asumió un tercer mandato. Pues ya se ha evidenciado cómo el régimen chino ha desplegó sus herramientas de alta tecnología para acallar las protestas contra las restricciones.La vigilancia del gobierno viola todos los derechos a la privacidad. Tanto así, que algunos ciudadanos que solo pasaban cerca de los lugares de las manifestaciones fueron interrogadas por agentes. Las autoridades utilizan programas de reconocimiento facial y datos de localización para perseguir a los manifestantes.
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“Muchas de las personas que llamaron desde Beijing estaban confusas sobre por qué la policía se puso en contacto con ellas cuando en realidad sólo habían pasado por el lugar de la protesta y no habían participado en ella. No tenemos ni idea de cómo lo hicieron exactamente”, relató un ciudadano a la agencia AFP.El régimen utiliza la más moderna vigilancia para localizar a los activistas, según un abogado de derechos humanos que ofrece asesoramiento jurídico gratuito a los manifestantes.“En Beijing, Shanghai y Guangzhou, la policía parece haber utilizado métodos de muy alta tecnología. En otras ciudades, parece que se han basado en las imágenes de vigilancia y en el reconocimiento facial”, narró Wang Shengsheng, un abogado con sede en la ciudad de Zhengzhou.
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El abogado afirma que ha recibido más de 20 llamadas en los últimos días de manifestantes o personas cuyos amigos y familiares han sido detenidos. La mayoría de las detenciones de las que se le informó duraron menos de 24 horas.Ciudadanos de Guangdong le contaron a Shengsheng que sus cuentas en la aplicación de mensajería encriptada Telegram fueron hackeadas después de que registraron documentos de identidad ante la policía durante las protestas.Los grupos de chat encriptados de los manifestantes, a los que sólo se puede acceder con programas ilegales de VPN, están en alerta máxima por si hay infiltrados de la policía china, a medida que se difunden noticias de nuevas detenciones e intimidaciones.Los internautas tienen que borrar todas las imágenes de las protestas, historiales de chat, vídeos y fotos de sus teléfonos en previsión de los controles policiales.Las redes sociales chinas son altamente vigiladas y cualquier usuario que publique contenidos de las protestas puede ser fácilmente localizado, ya que las plataformas exigen el registro del nombre real.
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“Es probable que se realicen barridos telefónicos en las redes sociales, en los espacios físicos y en las comunidades virtuales”, aseveró Rui Zhong, analista de China en el Wilson Center de Washington.Corresponsales de AFP en Beijing, afirman que vieron a varios policías filmando a los manifestantes con pequeñas cámaras de mano.
Imagen: Tomas Ragina