Con la llegada vertiginosa de ChatGPT, se han creado temores en tanto a la desaparición de ciertas profesiones o la generación de otros. Sin embargo, este temor no es algo nuevo. Por ejemplo, en las décadas de 1960 y 1970, existían oficios como telegrafista, ascensorista, mecanógrafo, pero con la llegada de la tecnología y nuevos aparatos electrónicos, profesiones como estas desaparecieron o simplemente se transformaron.
Ahora con el ‘boom’ de la inteligencia artificial (IA), han ido apareciendo nuevas profesiones. Un artículo de The Wall Street Journal revela algunos oficios que se han ido creando a raíz de la llegada de un sinnúmero de herramientas impulsadas con IA que prometen hacer un trabajador más productivo y creativo.
El diario estadounidense reseña que uno de los oficios ha sido el de desarrollador interno de modelos de lenguaje grandes como GPT, Llama 2 de Meta o LaMDA de Google, los cuales son entrenados con información en Internet. Estos profesionales ayudan a que estos modelos con nuevos patrones puedan, por ejemplo, resumir archivos, generar textos, imágenes, o videos, entre otras funciones.
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Sin embargo, uno de los restos de las empresas, es encontrar personas que estén preparadas en este campo. El Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación, vaticina que para el año 2025, habrá un déficit de 200.000 trabajadores, siendo el porcentaje más alto en los últimos diez años. La entidad también señala que el 70 % de las empresas colombianas tienen dificultades para cubrir cargos en sus departamentos de tecnologías.
Los Reskiller ¿Qué son?
Reskiller, es un término que hace referencia al reciclaje profesional, o sea, la capacitación de un trabajador para otro puesto, a través de la dotación de nuevas habilidades y competencias. Es decir son como profesores que ayudan a una persona a capacitarse y a estar a la vanguardia con las nuevas tecnologías alrededor de la IA.
De acuerdo con el diario, los reskillers deberán comprender los talentos que las organizaciones necesitan a medida que avanza la tecnología. “Esto impone a los empleados y las empresas la responsabilidad de seguir siendo relevantes”, dice Keith Peiris, cofundador y director ejecutivo de Tome, una startup con una plataforma generativa de presentación y narración nativa de IA.
Los Psicoterapeuta de IA ¿Para que?
Dinesh Nirmal , vicepresidente senior de productos de IBM, explicó que ahora se necesitarán personas que sepan tomar decisiones dependiendo de los resultados o predicciones de una inteligencia artificial.
“A diferencia del software convencional, la lógica detrás del resultado de aplicaciones como ChatGPT de OpenAI suele ser opaca. Eso puede estar bien cuando se usan para generar cosas como recetas y poemas”, explica.
Por ejemplo, la ejecutiva señala que los psicoterapeutas de IA evaluarán la educación de un modelo, examinando sus datos de entrenamiento en busca de errores y fuentes de sesgo . Pueden poner modelos de IA en el sofá, probándolos con preguntas de prueba.
Por su parte, Alexey Surkov, socio y director global de gestión de riesgos de modelos en Deloitte & Touche, explicó al medio estadunidense, que “Comprender el razonamiento de una IA será sólo la mitad del trabajo (…) La otra mitad aprobará la aptitud mental del modelo para la tarea en cuestión. Nosotros, como seres humanos, somos en última instancia responsables de los resultados del uso de esos sistemas”.
¿Un ingeniero rápido?
La WSF explica que “la ingeniería rápida es una clase de trabajo emergente que se encuentra en algún lugar entre la programación y la gestión. En lugar de utilizar complicados lenguajes de programación informática como Python o Java, los ingenieros rápidos explicarán sus instrucciones a los sistemas de IA en un inglés sencillo, creando nuevas formas de aprovechar el poder de los sistemas de IA subyacentes”.
Es decir sería un profesional capaz de dar instrucciones muy claras, pero que también entienden los principios de la codificación. El lenguaje que utilizan los ingenieros rápidos es preciso y va al grano, y explica cómo revisar documentos, resumir investigaciones o revisar y editar un contrato.
Imagen: Archivo ENTER.CO
