La Administración Federal de Aviación (FAA) y SpaceX están de nuevo en tensiones por posibles afectaciones a la humanidad. Según la FAA, existen altas probabilidades de que los escombros de los satélites Starlink de SpaceX caigan a la Tierra.El informe presentado por la FAA al Congreso argumenta que se prevé que miles de fragmentos de los satélites Starlink podrían impactar la Tierra anualmente para 2035. Esto se traduce en un alto número de muertes y lesiones. La probabilidad de que un fragmento de estos satélites mate a alguien se estima en un 61%, con un riesgo adicional de que afecte también a aeronaves en vuelo en un 0,07% anual.Por su parte, SpaceX niega las afirmaciones de la FAA, pues explican que el análisis de la agencia se basa en un estudio desactualizado que no tiene en cuenta las características de diseño y materiales de los satélites Starlink. La compañía recuerda que sus satélites están fabricados con materiales que se queman al contacto con la atmósfera. Esto se traduce en que ningún residuo podría caer en la Tierra.
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El conflicto plantea dudas sobre la metodología utilizada por la FAA y su competencia para regular un campo en constante evolución. También subraya la importancia de evaluar adecuadamente los riesgos reales para la seguridad pública. Lo cierto es que esta nueva discusión no sólo tiene implicaciones para SpaceX, sino que también afecta a toda la industria aeroespacial. Así mismo, resalta la necesidad de un marco regulatorio más sólido y basado en datos para abordar la tecnología de satélites. La coordinación entre varias agencias gubernamentales, como la FAA y la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), se vuelve crucial en este contexto.La cuestión de la seguridad en el espacio y la gestión de los desechos espaciales se ha convertido en un tema crítico en la era moderna. Es por esto que se considera esencial establecer normas claras para garantizar la seguridad de las personas y los activos terrestres. Se espera que este enfrentamiento conduzca a un debate más amplio sobre la regulación de la tecnología de satélites y la necesidad de una supervisión más efectiva y actualizada de las actividades espaciales.Imagen: Unsplash