En medio de unas elecciones completamente atípicas en Estados Unidos, se estrena El Aprendiz. La película relata la historia del surgimiento de Donald Trump en su carrera al “éxito” como empresario y, diría yo, como figura pública en los años ochenta, guiado por el polémico abogado Roy Cohn. Su estreno adquiere un rol trascendental ya que coincide con la recta final de una reñida elección por el poder de la Casa Blanca.
La película no se guarda en mostrar quien realmente es el candidato republicano. Y, de esta forma, el director Ali Abbasi y todos el equipo detrás de la producción, estarían usando al cine como una importante herramienta de crítica política.
En primer lugar, sólo la distribución es un logro y una celebración a la libertad de expresión. La distribución se refiere al proceso de venta, normalmente a través de su proyección en salas de cine. Al inicio, este proceso se intentó obstaculizar. Y, después de su estreno en el festival de Cannes, la campaña de Trump amenazó con presentar fuertes demandas a los cineastas, buscando que la película no se lanzara en Estados Unidos. Argumentaban que la cinta está llena de mentiras y puede ser considerada “interferencia electoral”.
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Sin embargo, hoy en día la película se proyecta en varias salas de cine alrededor del país y los espectadores pueden formar su propia opinión después de verla. Lo único que pudo hacer Trump fue protestar por su estreno en su red Truth Social el día del lanzamiento. En respuesta, el productor publicó: “Más gente vio nuestra película el fin de semana que la que ha acudido a tus eventos de campaña desde que Kamala se convirtió en candidata, pero no te preocupes, puede que tu extraña fiesta de baile atraiga a un nuevo público.”
La cinta logra muy bien presentar una crítica al matizar los personajes de Donald Trump y Roy Cohn a través de su desarrollo en el tiempo. Quienes vieron la serie Succession encontrarán que El Aprendiz no sólo es similar en tono y temática, sino también en su impresionante desarrollo de personajes.
En primera instancia, vemos al abogado Roy Cohn, que asume el papel de mentor de Donald Trump. Sin escrúpulos, el abogado le muestra a Trump el camino al poder, un trayecto que está lleno de atajos, atropellos, codicia y hasta sobornos. Sin embargo, el personaje oculta en su interior gran parte de su ser y sus debilidades, y vemos como esto lo va consumiendo.
Por otro lado, y casi en contraposición, está Donald Trump. En este contexto surge como un alumno decidido a aplicar todo lo que aprende para su beneficio personal. Y así va ascendiendo en las esferas del poder empresarial y coqueteando ya con el poder político. Llevando, así, la oscuridad de Roy Cohn a otro nivel.
Las actuaciones de ambos son dignas de un Oscar. Jeremy Strong interpreta a un Roy Cohn sombrío que inspira terror, pero que a la vez se siente vulnerable. Mientras que Sebastian Stan nos muestra su propia versión de Donald Trump de manera sutil pero sumamente clara en sus ademanes y personalidad, sin caer en la caricaturización.
Si bien El Aprendiz se limita a mostrar los inicios de Trump, eso es suficiente para demostrar qué tipo de persona es: un individuo persistente en su búsqueda por el poder y sus ambiciones, sin importar lo que tenga que hacer para lograrlo. En el proceso vemos cómo destruye sus relaciones personales con su familia y amigos. Y, a la vez, cómo es completamente apático a las personas a su alrededor. De hecho, la película muestra una fuerte escena de abuso a su ya difunta y primera esposa, Ivana Trump.
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A pesar de los reclamos, los productores se respaldan en un juramento en el que ella aseguró haber sido abusada por el magnate; y añaden: “(Trump) ha conseguido mantener su historial de abusos y agresiones a mujeres fuera de las noticias electorales y no va a conseguir mantenerlo fuera de nuestra película”. Este suceso no sorprende a quienes hemos seguido la carrera política de Trump. Pues, además de ser declarado culpable en múltiples cargos por delitos graves, la justicia también lo ha hallado responsable de abuso sexual a la periodista E. Jean Carroll. Un candidato a la presidencia declarado responsable de abuso sexual y todavía tiene chances.
La película es una muestra de cómo el arte puede ser un importante instrumento político. Y las declaraciones de quienes están detrás de ella ciertamente no lo intentan ocultar. Ni deberían. Estados Unidos está a punto de decidir si vuelven a elegir a este personaje que, en mi opinión, representa un peligro enorme.
A través de la historia de sus orígenes podemos darnos una idea de lo que esto significa. Más allá de los votantes, considero que quienes no somos estadounidenses tampoco debemos ser indiferentes a estas elecciones. Las decisiones del presidente de Estados Unidos afectan al mundo entero en términos económicos, ambientales, sociales y políticos. En Colombia, El Aprendiz también está en las salas de cine. Recomiendo verla.
Imagen: DiamondFilmsLatam