¿Los jóvenes de ahora buscan trabajar en los mismos sectores que los jóvenes de hace algunos años? ¿Se siguen interesando por los trabajos del campo? Los últimos estudios afirman que la mayoría de los jóvenes migrarán hacia el sector servicios, mientras que los sectores como la agricultura y la manufactura experimentarán una caída en la participación juvenil.
Un reciente informe desarrollado por Ayuda en Acción y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyecta un panorama de cambio radical en el mercado laboral juvenil en América Latina hacia 2030. El informe revela que, aunque el sector servicios ofrece oportunidades, el nuevo cambio laboral plantea desafíos importantes, como la baja productividad y la informalidad laboral, que podrían intensificar la precarización del empleo juvenil en la región.
El panorama laboral actual de los jóvenes
En América Latina, los jóvenes enfrentan tasas de desempleo superiores a las de los adultos, con una alta concentración en trabajos informales y mal remunerados. Según el informe, en 2022, más del 20 % de los jóvenes ocupados recibían ingresos por debajo de la línea de pobreza, mientras que el 37 % ganaba menos del salario mínimo nacional.
Además, la región continúa siendo la más desigual del mundo, con sistemas educativos que no logran garantizar una formación técnica adecuada ni una transición efectiva al mercado laboral.
Proyecciones hacia 2030
El informe propone tres escenarios posibles en el futuro del mundo laboral:
Escenario tendencial: más del 60 % de los jóvenes trabajará en el sector servicios, con una reducción del empleo juvenil en agricultura y manufactura.
Escenario realista: proporciones similares al escenario tendencial, pero con una mayor migración hacia empleos de servicios públicos y comercio.
Escenario ideal: hasta el 70 % de los jóvenes ocuparía puestos en servicios, pero con una mejora en la calidad y formalidad del empleo.
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Independientemente del escenario correcto, todas las proyecciones están enfocadas en que más de 1,2 millones de jóvenes abandonarán la agricultura, mientras que cerca de 640,000 dejarán la manufactura para ingresar al sector servicios. Sin políticas públicas efectivas, esto podría intensificar la informalidad y aumentar la competencia en zonas urbanas debido a la migración interna.
Retos clave y recomendaciones
El estudio señala que el cambio climático, la automatización y la desigualdad de género son factores que podrían agravar la situación laboral juvenil si no se toman medidas adecuadas. Entre las recomendaciones destacan:
- Promoción de empleos verdes y tecnológicos: fomentar sectores sostenibles y digitales para crear empleos de calidad.
- Reducción de la informalidad laboral: implementar incentivos para que las empresas contraten formalmente a jóvenes.
- Fortalecimiento educativo: invertir en formación técnica y programas que conecten la educación con las necesidades del mercado laboral.
- Equidad de género: diseñar políticas que reduzcan las brechas de género y faciliten la inclusión laboral de mujeres jóvenes.
América Latina se encuentra en una encrucijada. Con el 70 % de los jóvenes proyectados en el sector servicios para 2030, las políticas públicas deberán adaptarse para garantizar empleos dignos y sostenibles.
Como destacó María Isabel Cerón de Souza, representante de Ayuda en Acción en Colombia: “la juventud tiene el potencial de ser un motor de cambio estructural en la región. Es esencial que sus necesidades y aspiraciones se conviertan en el centro de las políticas de desarrollo.”
La implementación de estas recomendaciones no solo beneficiará a los jóvenes, sino también contribuirá al desarrollo sostenible de toda la región.
Imagen: Priscilla Du Preez 🇨🇦
