Willow, el nuevo chip cuántico de Google que superó la edad del universo en solo 5 minutos ¿Qué debes saber?

Google presentó Willow, un chip cuántico que promete cambiar la manera en que entendemos y utilizamos la computación. Willow no solo establece nuevos estándares de rendimiento, sino que también aborda desafíos históricos en la corrección de errores cuánticos y el cálculo de alta complejidad. Este avance coloca a Google en la vanguardia de la computación cuántica, un campo que promete aplicaciones prácticas en sectores como la ciencia, la energía y la inteligencia artificial.

El mayor logro de Willow radica en su capacidad para reducir exponencialmente los errores cuánticos al aumentar el número de cúbits. Los cúbits, las unidades básicas de información en la computación cuántica, son increíblemente sensibles y propensos a errores. Hasta ahora, aumentar su número significaba incrementar la tasa de error, limitando la escalabilidad de los sistemas cuánticos. Sin embargo, Willow rompe este paradigma.

Gracias a una matriz de cúbits superconductores y la corrección de errores, el chip logra una reducción exponencial de errores, incluso con matrices de mayor tamaño. Este avance, conocido como “estar por debajo del umbral”, ha sido un desafío teórico desde que se introdujo el concepto de corrección de errores cuánticos en 1995.

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Según Google, Willow ha superado con creces el rendimiento de las supercomputadoras más avanzadas en tareas específicas. Utilizando un estándar de referencia conocido como muestreo de circuitos aleatorios (RCS), Willow realizó en menos de cinco minutos un cálculo que tomaría a una supercomputadora clásica más de 10 septillones de años, una cifra inimaginable que supera ampliamente la edad del universo.

El impacto de Willow es significativo. Primero, su capacidad para operar por debajo del umbral de errores representa un salto hacia la creación de computadoras cuánticas útiles y escalables. Estas máquinas podrían resolver problemas complejos imposibles para las computadoras clásicas, como la simulación de sistemas químicos avanzados, la optimización de redes logísticas globales y la mejora en el diseño de materiales.

Segundo, el rendimiento de Willow en el RCS confirma que la computación cuántica puede superar a la clásica en tareas de alta complejidad. Este hito valida décadas de investigación y posiciona a Google como líder en la carrera cuántica.

Finalmente, Willow marca el inicio de una nueva era donde la computación cuántica se integra con la inteligencia artificial (IA). Según Hartmut Neven, fundador de Google Quantum AI, estas dos tecnologías serán mutuamente beneficiosas. Los algoritmos cuánticos podrían acelerar el entrenamiento de modelos de IA avanzados, permitiendo avances más rápidos en áreas como el diseño de medicamentos, la energía limpia y la fusión nuclear.

Cabe mencionar que el anuncio de Willow llega en un momento crítico para la computación cuántica. Si bien los avances teóricos han sido significativos, la implementación práctica de estos sistemas ha enfrentado obstáculos, especialmente en términos de escalabilidad y corrección de errores. Willow no solo aborda estos desafíos, sino que también establece una hoja de ruta clara hacia aplicaciones comerciales y científicas concretas.

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Las posibles implicaciones son amplias. Por ejemplo, en el sector energético, los algoritmos cuánticos podrían optimizar el diseño de baterías más eficientes para vehículos eléctricos. En medicina, podrían acelerar el descubrimiento de nuevos medicamentos simulando interacciones moleculares complejas. Además, podrían mejorar las predicciones climáticas mediante simulaciones más precisas.

El siguiente paso en el camino de Willow es demostrar un cálculo “útil, más allá de lo clásico” que tenga aplicaciones prácticas. Aunque el RCS valida su rendimiento, aún no tiene un uso directo en el mundo real. El equipo de Google busca combinar el rendimiento cuántico con algoritmos relevantes para problemas comerciales, lo que sería un punto de inflexión para el campo.

Google también está fomentando la colaboración con investigadores y desarrolladores a través de su software de código abierto y recursos educativos. Esto incluye un curso en Coursera para enseñar los fundamentos de la corrección de errores cuánticos, invitando a la comunidad científica a participar en el desarrollo de aplicaciones que podrían cambiar el mundo.

Imagen: Google

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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