Antes de que el Consejo de Ministros se convirtiera en todo un meme, el presidente de la república, Gustavo Petro, expresó su preocupación por la gestión de Internexa, y señaló su descontento con la ideología política de quienes están administrando actualmente la empresa. Las declaraciones de Petro sobre “los uribistas” han generado un debate sobre la dirección y administración de esta importante compañía en el sector de las telecomunicaciones en Colombia.
“… y entonces la empresa pública que aún podemos tener, que es Internexa, me la siguen manteniendo bajo la presidencia de los uribistas, dos años y medio luchando porque no sea así y no puede ser; se va el gerente de Ecopetrol, se va el gerente de ISA, pero no se le puede seguir entregando la única posibilidad de tener un estructurador público de telecomunicaciones serio en Colombia, manejado por el uribismo”, comentó Petro en la reunión televisada. “ [el uribismo]fue el que se tomó con los fusiles Telecom y echó a sus trabajadores a la calle porque querían privatizar las telecomunicaciones, como si en la comunicación no estuviera el poder.”
Esta declaración, que mezcla críticas a decisiones históricas con acusaciones sobre la orientación política de la gestión, ha encendido un debate sobre el rol y la administración de Internexa en el país. Pero, ¿qué es Internexa?
Un vistazo a la historia de Internexa
Fundada en el marco del Grupo ISA a inicios de los años 2000, Internexa ha sido fundamental en el despliegue de la infraestructura de fibra óptica en Colombia y en otros países de la región. Con una red que supera los 7,000 kilómetros de cable, la empresa se ha posicionado como un operador mayorista de conectividad, atendiendo a sectores como minería, energía, gobiernos e incluso grandes operadores de telecomunicaciones.
En los últimos años la empresa ha logrado su expansión internacional en mercados de Perú, Chile, Argentina y Brasil. Gracias a esto han logrado la consolidación de una red de fibra óptica robusta que ha contribuido al crecimiento de la conectividad regional. Además, han invertido sus recursos también en nuevas soluciones de conectividad y servicios en la nube que han impulsado la transformación digital en varios sectores.
Pero no todo ha sido color de rosa; Internexa se ha enfrentado varias veces a conflictos y controversias en torno a la posible privatización de activos públicos en telecomunicaciones, tema que ha sido recurrente en el debate nacional. De hecho, han atravesado por momentos de incertidumbre en la gobernanza y la dirección de la empresa, con salidas de altos ejecutivos que han generado críticas sobre la influencia política en su administración.
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¿Manejada por “uribistas”?
El presidente Petro no se guarda palabras al afirmar que Internexa está “manejada por los uribistas”. Esta crítica se inscribe en una larga disputa política donde los sectores de oposición señalan que decisiones históricas—como la liquidación de Telecom durante el gobierno de Álvaro Uribe—habrían debilitado la infraestructura pública y favorecido la concentración de negocios en manos privadas (Claro, Movistar, entre otros).
Internexa, como filial del Grupo ISA, ha mantenido una estructura en la que la influencia del Estado se ha combinado con intereses corporativos. Documentos oficiales de la compañía muestran que, si bien la participación mayoritaria es estatal, la designación de altos cargos ha estado sujeta a acuerdos políticos y empresariales. En este sentido, las acusaciones de una “gestión uribista” apuntan a que parte de la administración o la orientación estratégica de la empresa estaría alineada con intereses de administraciones pasadas, que promovieron la privatización de sectores estratégicos.
La polémica por la posible privatización no es nueva. Durante el gobierno de Álvaro Uribe se impulsaron medidas que favorecieron la participación del sector privado en el mercado de telecomunicaciones, lo que incluyó maniobras que algunos interpretan como intentos de debilitar la infraestructura pública. La frase “echó a sus trabajadores a la calle” utilizada por Petro rememora esos momentos conflictivos en los que se priorizaron intereses corporativos sobre la continuidad de servicios públicos.
Según el presidente, la consecuencia de estas decisiones ha sido que, a pesar de contar con una infraestructura robusta, la capacidad de ejercer un control público y orientado al bien común en telecomunicaciones se ha perdido. De hecho, la referencia a “los business con Claro y Movistar” es una crítica a la privatización de un sector estratégico que, en opinión de Petro, debería estar bajo un control que priorice el acceso universal y la soberanía digital.
Independientemente de las inclinaciones políticas de sus gestores, lo fundamental es que la infraestructura de telecomunicaciones se mantenga robusta y orientada al desarrollo social. El riesgo de que intereses privados dominen este sector es real, y por ello las críticas de Petro, aunque polarizadas, invitan a una reflexión sobre la importancia de preservar la soberanía digital.
Imagen: Internexa