Pierda el aparato, no su información

el país ya cuenta con 35 millones de usuarios de celulares, según la Superintendencia de Industria y Comercio, muchos de ellos con capacidad para almacenar información (los llamados teléfonos inteligentes).

Y aunque la popularidad de esos dispositivos móviles es muy positiva para sus usuarios y las empresas, esta tendencia también tiene un lado oscuro: hoy en día es muy fácil perder información crítica en cualquier lugar.

Con mucha frecuencia se presentan robos de portátiles y celulares en sitios de alta afluencia de público (como los aeropuertos y los estadios), así como de iPods y teléfonos móviles en los sistemas de transporte masivo como TransMilenio.

La Asociación de la Industria Celular, Asocel, el gremio de los operadores móviles del país, lo confirma al informar que en Bogotá se reporta el 40 por ciento de los celulares robados en el país, y que TransMilenio es el lugar predilecto de los ladrones.

En el país no hay datos concretos sobre el número de portátiles robados o perdidos, pero en Estados Unidos, donde tienen estadísticas para todo, se roban o pierden 12 mil equipos semanales en promedio solo en los 36 principales aeropuertos de ese país, según el Ponemon Institute. En cuanto a teléfonos móviles, la cifra más reciente en el país indica que en el 2006 se robaron 2,5 millones de unidades, lo que equivalía a 7.000 celulares por día.

Aunque la desaparición de los aparatos de por sí representa una pérdida grande de dinero para las personas o las empresas, es mucho más grave la fuga de datos confidenciales -personales, corporativos o académicos, entre otros-, y la posibilidad de que esta información caiga en manos de delincuentes.

Medios internacionales, por ejemplo, reseñaron este año los casos de la petrolera Petrobras, en Brasil, a la que le robaron un portátil en el que tenía información estratégica y secreta sobre nuevos yacimientos, o el de un portátil del gobierno estadounidense, también robado, que contenía datos confidenciales de miles de personas.

En ambos casos, la información perdida o el riesgo de que esta llegara a la competencia o a delincuentes fueron las verdaderas preocupaciones, más allá del costo de los equipos. La estabilidad económica de una empresa e incluso la integridad de las personas cuya información privada queda descubierta se ponen en riesgo en estas circunstancias.

Sea pesimista

Usted puede cuidar su portátil o su teléfono inteligente casi como a su propia vida, pero eso no garantiza que esté exento de robos, pérdidas, golpes u otros hechos fortuitos.

Así que el primer consejo para que su información más valiosa esté a salvo es que se arme de un poco de pesimismo y prevea que cualquier cosa mala le puede pasar a su equipo. Luego, tenga en cuenta las siguientes pautas para que el dolor de quedarse sin su portátil o teléfono inteligente sea amainado al conservar su información a salvo:

– Haga copias de respaldo. Mantenga una copia de seguridad actualizada de todos los archivos que guarda en el disco duro de su portátil o en la memoria de su teléfono. Si no tiene un disco duro externo para hacer las copias, seleccione la información más valiosa y grábela en DVD o CD, o súbala a servicios en línea como Openomy (www.openomy.com), que le permiten almacenar varios gigabytes (GB) gratuitamente.

– Compre software o contrate servicios que permitan mantener la información de su portátil y del teléfono móvil sincronizada en varios equipos, de tal manera que no tenga el riesgo de perder un solo dato. Algunas de las opciones más conocidas son Novell iFolder (www.novell.com/products/ifolder) y MobileMe, de Apple (www.me.com).

– No eluda el uso de contraseñas. Los computadores y algunos celulares y teléfonos inteligentes brindan la opción de solicitar la digitación de una contraseña después de un lapso de no uso de los equipos. Aunque puede resultar incómoda, esta alternativa ayuda a que los ladrones o quienes se encuentren los aparatos tengan mayor dificultad para acceder a la información.

Escoja un lapso razonable, de unos 5 minutos, para que los equipos le pidan la contraseña (más tiempo podría permitir a los delincuentes acceder a sus datos, y menos tiempo haría muy tedioso el uso de los equipos).

– No mantenga su información más sensible en archivos de texto u hojas de cálculo. Existen programas especializados que almacenan contraseñas bancarias, de correo y servicios web, entre muchos otros datos secretos, con contraseñas altamente seguras. Uno de ellos es SplashID (www.splashdata.com), que no solo almacena y protege la información, sino que la puede sincronizar entre computadores y dispositivos móviles. Estas herramientas en su mayoría no son gratuitas.

– Utilice software de encriptación de datos en su portátil. Los fabricantes ya incluyen tecnologías que preservan la información con alta seguridad. Toshiba ofrece en algunos de sus equipos la tecnología EasyGuard, que entre otras cosas protege con contraseña la BIOS, un elemento que debe ser activado para que el computador pueda funcionar.

Otro fabricante, HP, incluye Drivelock, una herramienta que bloquea el acceso a los contenidos del disco duro, incluso si este se extrae del portátil y se conecta a otro equipo. Apple protege sus computadores con FileVault, que bloquea el acceso no autorizado a la información almacenada en ellos.

Herramientas avanzadas

Si usted o su empresa manejan información que merece tener la máxima protección, o si usted simplemente es paranoico, siga las siguientes pautas y este atento a la llegada de nuevas herramientas:

Compre portátiles con tecnologías avanzadas. El acceso por medio de la huella digital es una opción cada vez más común en los portátiles y dificulta la tarea de los delincuentes. El reconocimiento facial, que impide el acceso a cualquier persona distinta del dueño, es una novedad en algunos equipos de Toshiba.

– Instale en sus celulares un programa que le permita borrar la información confidencial de los teléfonos en caso de pérdida o robo. Un ejemplo de este tipo de software es Butler (www.hobbyistsoftware.com), una aplicación que vale 15 dólares y que funciona en dispositivos Palm (como los teléfonos inteligentes Treo y Centro).

Su función es muy sencilla, pero valiosa: el usuario del equipo puede enviar un mensaje de texto vía celular con una palabra clave, y automáticamente se borra la información del teléfono y de su tarjeta de memoria. Hay herramientas como esta para las diferentes clases de celulares.

– En su portátil, instale una aplicación que cumpla la misma función de Butler. Computrace (www.absolute.com), zTrace (www.ztrace.com) y Adeona (adeona.cs.washington.edu) son algunas de las opciones, aunque las dos primeras son muy costosas, mientras que la tercera está en fase de pruebas y es gratuita.

Estas herramientas no solo permiten borrar la información de los portátiles (cuando estos se conectan a Internet), sino que también rastrean la ubicación de ellos, por medio de la dirección IP de donde se conectan a la Red.

Así, eventualmente pueden dar pistas a la policía para que localice a los ladrones. Y si requiere un nivel aún mayor de seguridad, la firma Alcatel-Lucent está preparando el lanzamiento en Colombia de OmniAccess 3500 Nonstop Laptop Guardian, una aplicación creada por los Laboratorios Bell que promete ir más allá de las demás.

Es una tarjeta PCMCIA con conectividad 3G que destruye la información del equipo si es robado e impide el uso del portátil por parte de personas no autorizadas. Gracias a que tiene su propia fuente de alimentación, memoria, procesador y software, la tarjeta sigue funcionando si es retirada del computador. “Además, cuenta con la tecnología GPS (que brinda información geográfica), por lo que también informa dónde puede estar el computador robado”, agrega Jorge Silva, gerente de la división Enterprise de Alcatel-Lucent en la Región Andina.

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Mauricio Jaramillo Marín

Mauricio Jaramillo Marín

En los últimos 14 años he cubierto y vivido las transformaciones que la tecnología e Internet han traído a nuestra vida cotidiana y a campos tan importantes como la educación, la cultura, el entretenimiento, la salud, la economía y la productividad empresarial. La tecnología, pues, ya cambió el mundo, y lo seguirá haciendo. Pero depende de nosotros –los periodistas y difusores de esta información, así como los usuarios intermedios y avanzados– que nuestras sociedades la aprovechen al máximo.
Por eso, soy un apasionado de la tecnología, de probar software, hardware y servicios web, pero también de ayudar a que más personas le saquen provecho, ya sea dando talleres por Latinoamérica sobre Internet o tecnología aplicada en diferentes campos, o generando contenidos que aporten a un mejor entendimiento de estos temas.
Todo esto hace que me ilusione ENTER.CO: porque lo veo como un canal no solo para informar y entretener, sino también para educar y motivar a más colombianos y latinoamericanos a que se interesen y aprovechen mejor las herramientas que ya tienen a su alcance, y así, para que estas realmente les ayuden a mejorar sus vidas.

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