ALVARO SANDOVAL
REDACCIÓN TECNOLOGÍA
A pesar del esfuerzo realizado por varios gobiernos de la región -incluido el colombiano- para otorgar licencias destinadas a la prestación de servicios de acceso inalámbrico a Internet con tecnología WiMax, y de algunas empresas que han emprendido proyectos en este sentido, las expectativas para este negocio no son las más alentadoras.
Una serie de estudios realizados por la compañía Signals Telecom Consulting dan cuenta del panorama que enfrenta la tecnología WiMax para hacerse a un lugar en mercados de la región como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela.
José Otero, presidente de Signals, señaló que son varios los obstáculos que enfrenta WiMax a la hora de convertirse en una alternativa viable de acceso a banda ancha para el mercado masivo.
Una de las principales barreras, señaló el experto, es la lentitud del proceso de certificación que permita la interoperabilidad de la infraestructura (de redes) y los terminales de distintos fabricantes. Esto no solo ha generado un importante retraso en los procesos de fabricación de los dispositivos WiMax, sino en el logro de las economías de escala necesarias para reducir costo de esta tecnología que requieren tanto los operadores y como los clientes.
Así mismo, explicó Otero, “la experiencia latinoamericana exhibe (algo que se repite en Colombia) una gran lentitud por parte de los operadores que han adquirido espectro radioeléctrico en desplegar redes y lanzar servicios comerciales”.
Al respecto, Carlos Blanco, director de Investigación de Mercado de Signals, advirtió que “buena parte de las licencias de espectro otorgadas en la región no están en uso; ya sea por razones especulativas o bien porque no hubo buenas experiencias con la tecnología WLL(Wireless Local Loop)”.
Precisamente, en Colombia el Ministerio de Comunicaciones ha expresado su preocupación por este tema, en especial, porque de las tres licencias nacionales otorgadas -en el 2005- a ETB, Telecom (hoy Telefónica-Telecom) y Orbitel (hoy UNE), solo esta última puso en marcha un plan de negocios para el mercado masivo, como era el objetivo del Gobierno con esta decisión.
Como se recuerda, la cartera adoptó esta medida siguiendo la recomendación del Conpes que, en su momento, consideró que estos permisos los debían tener los operadores que estuvieran en capacidad de combinar los servicios de las redes fijas con la nueva oferta de soluciones inalámbricas.
La situación es más compleja si se toma que el Ministerio de Comunicaciones otorgó -a finales del 2006- 64 licencias departamentales de WiMax y son contados los operadores que han puesto en marcha su operación. Por ejemplo, Avantel hizo lo propio la semana pasada en Santa Marta y alista su servicio en Yopal (Casanare).
3G gana terreno
Como si el escenario de negocios ya no fuera complicado, José Otero se refirió al avance de las redes celulares de tercera generación (3G) como una amenaza directa para los operadores de WiMax.
“Esto se debe a que las economías de escala de estas redes 3G hacen que cada vez haya una mayor variedad de terminales y dispositivos de menor costo”, señaló el analista.
Para Signals, la oportunidad de desarrollo de WiMax en la región correrá por cuenta de los negocios con las pymes y el segmento corporativo, mientras que “el lanzamiento de servicios enfocados en el mercado masivo sin ningún tipo de empaquetamiento adicional tiene pocas posibilidades de crecimiento en América Latina como ya se ha demostrado con el caso de Orbitel (UNE)”.
Los analistas consideran que en el año 2013, solo el 5 por ciento de las conexiones de banda ancha de la región utilizarán WiMax.
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