Una de las grandes críticas al mundo tecnológico siempre ha sido la cantidad de desechos electrónicos que generan tanto los usuarios como las empresas productoras. En muy poco tiempo las personas cambian sus computadores, audífonos o celulares por artículos nuevos y los antiguos seguramente a van a parar en el mismo lugar: la basura.
Sin duda, el cuidado y la conservación del planeta es una responsabilidad compartida: las empresas tecnológicas deben tener un sentido ecológico en sus productos y los usuarios deben pensar como disponer de los objetos que pierden utilidad, tarea que al parecer no fue difícil de cumplir durante 2011.
The Verge informó que el más reciente informe de la Consumer Electronics Association (CEA), una asociación que representa a más de 2.000 miembros empresariales que participan en el diseño, desarrollo, fabricación y distribución de productos de tecnología, aseguró que el reciclaje de productos electrónicos de consumo creció un 53% durante 2011 en Estados Unidos.
El informe indica que en total los estadounidenses reciclaron aproximadamente 460 millones de libras de aparatos viejos, un aumento de 160 millones en comparación con las cifras arrojadas en 2010. Como aseguró The Verge, parte del aumento del reciclaje se debe al incremento en el número de lugares disponibles para dejar los aparatos electrónicos usados. Mientras en 2010 habían 5.000 sitios, en 2011 la cifra aumentó a 7.500.
Pero no todos están haciendo bien su tarea. Según señaló The Washington Post, recientemente Greenpeace aseguró que la proporción de energía limpia utilizada por Apple, Amazon y Microsoft nunca superó el 15%.
El informe denominado ¿Qué tan limpia es la nube? le dio a cada empresa una puntuación basada en la eficiencia energética de sus centros de datos y el tipo de energía utilizada para alimentarlos. Las 3 compañías obtuvieron las peores puntajes mientras que Google fue merecedora del mayor reconocimiento.
“No tratamos de complicarles la vida a las empresas, sino que queremos impulsarlos a hacer lo correcto”, comentó la ejecutiva de Greenpeace, Casey Harrell.