El teletrabajo, una opción para trabajar desde la casa

 

En mayo del año pasado, cuando el presidente Álvaro Uribe propuso el pico y placa todo el día a nivel nacional (y algunos alcaldes se opusieron, entre ellos el de Bogotá), él mismo planteó que el teletrabajo sería una de las alternativas para mitigar el impacto que la medida podría causar a la gente.

Según se explicó, la posibilidad de que las personas hagan su trabajo desde la casa apoyados en la tecnología no tiene por qué afectar el desempeño laboral de los empleados, ni lastimar la productividad de la empresa. En cambio, puede ser una alternativa ideal para sacar gente de las calles y evitar que se ingenien nuevas formas de desplazamiento por la ciudad.

Hoy, cuando se cumple el segundo día en el que miles de bogotanos ven restringida su movilidad con el pico y placa de 6 de la mañana a 8 de la noche, son muy pocos los que saben que a mediados del año pasado se aprobó en el país una ley (1221 de 2008) que reconoce el teletrabajo como una “nueva forma de organización laboral”, y que fija los criterios con los que se reglamentará e impulsará esa práctica en el país.

Pero antes de que salga corriendo a proponerle a su jefe que lo deje trabajar algunos días desde la casa, tenga en cuenta que la ley establece ciertas condiciones y que esta es una modalidad que no se recomienda para todo el mundo ni para todos los casos.

Los siguientes son algunos aspectos que deben tener en cuenta las personas y organizaciones que quieran medírsele al teletrabajo:

Solo para ciertas actividades

Si usted es un operario, que tiene que hacer funcionar una máquina casi todo el día, sus alternativas son olvidarse del teletrabajo o cambiar de profesión. En cambio, si por sus deberes suele estar todo el tiempo frente a la pantalla de un computador o hablando por teléfono, usted es un buen candidato para ‘teletrabajar’.

Según José Armando Velásquez, director de la Fundación Cetelco, entidad que se encarga de promover el tema del teletrabajo en el país, el primer requisito para una persona interesada en trabajar desde la casa es poder “apoyar su actividad en herramientas de tecnología y telecomunicaciones”.

Casos como el de varios call center del país, que les pagan los recibos de la luz y el teléfono de la casa a sus empleados para que estos no tengan que desplazarse, sino que hagan las llamadas desde sus casas, son algunos de los ejemplos que Velásquez da cuando se le pregunta si el modelo sería viable en Colombia.

Por su parte, Iván Velásquez, gerente de Paraísos de Colombia, explica que para esa empresa el teletrabajo se ha convertido en un sistema casi perfecto. “Tenemos dos actividades: una agencia de viajes y una revista de turismo que enviamos por Internet a 60.000 suscriptores. Todo se hace por Internet; trabajan 10 diseñadores (muy pocos tienen que estar en la oficina), y nuestros clientes reciben toda la información por correo electrónico”, explica.

La tecnología ya está lista

Hace una década, pensar en trasladar la oficina a la casa no pasaba de ser el sueño de algunos trabajadores independientes. Las herramientas tecnológicas no existían y eso hacía imposible que el empleado de una empresa cumpliera, que entregara sus tareas a tiempo o que el jefe pudiera tener el mismo control o comunicación con él.

Hoy, los teletrabajadores pueden apoyarse en conexiones de alta velocidad a Internet a precios asequibles, redes privadas virtuales (VPN, que dan acceso remoto a las redes internas de las empresas de manera protegida), telefonía móvil y todo el software necesario para coordinar el trabajo con compañeros, jefes y subalternos.

“Internet es un gran habilitador del teletrabajo”, destaca Julián Olarte, quien también ha probado los beneficios y alcances de ese sistema en su compañía Natura Software.

“En la empresa trabajan 13 personas; sin embargo, solo siete van todos los días a la oficina: los tres socios, a reuniones con clientes o a coordinar la labor de todos los empleados; tres desarrolladores; y una secretaria comercial que, entre otras cosas, es la encargada de contestar el teléfono. El resto envía todo desde sus casas diariamente”, destaca.

La experiencia en esta firma y en muchos otros casos ha demostrado, en todo caso, que no solo se necesita de tecnología para poder establecer una oficina virtual en la casa.

Aparte de la disciplina personal y de la necesidad de poseer un cierto nivel de conocimiento tecnológico (para poder utilizar las herramientas adecuadamente), también es preciso contar con un buen ambiente laboral en la casa.

La experiencia de gente que ha probado suerte con este sistema revela que no hay el mismo rendimiento laboral cuando la casa está sola o si se tiene compañía (por ejemplo, hijos pequeños que requieren atención casi todo el tiempo).

De común acuerdo

Aunque ya hay una ley en el país que establece el teletrabajo como una opción, incluso para los que en la actualidad laboran en una oficina tradicional, “un trabajador no puede llegar simplemente a informarle a su jefe que en adelante va a empezar a trabajar desde la casa.

Debe haber un acuerdo entre las partes para que el teletrabajo pueda funcionar”, explica el abogado Víctor Manuel Uribe, representante jurídico de Acrip Bogotá y Cundinamarca, entidad que agrupa a las empresas a través de los directores de recursos humanos.

Según la ley, tanto los teletrabajadores como los empleadores tienen derechos y responsabilidades que de no ser por un acuerdo mutuo serían difíciles de cumplir.

Tal es el caso de la obligación que tienen los empleadores de proveer y administrar los equipos, conexiones, programas y hasta costos de energía y desplazamientos que requiera el teletrabajador, así como el deber de coordinar la asistencia médica que requiera el empleado en su casa cuando esté desarrollando la actividad laboral.

A su vez, entre los deberes del trabajador ‘virtual’ está el de asegurar siempre la comunicación con su jefe por al menos un medio electrónico o tratar los elementos provistos por la empresa de la mejor manera, pues después le va a tocar reintegrarlos en el mismo estado en el que se los dieron.

Ahora que ya está la ley, que las condiciones técnicas no son un impedimento y que seguramente muchos empleados estarán interesados en probar trabajar desde la casa, solo resta sortear el obstáculo más difícil: convencer a las empresas y en especial a los directores de personal de que el modelo funciona y de que el teletrabajo puede ser una buena opción frente a los problemas de movilidad en las ciudades modernas. 

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Mauricio Jaramillo Marín

Mauricio Jaramillo Marín

En los últimos 14 años he cubierto y vivido las transformaciones que la tecnología e Internet han traído a nuestra vida cotidiana y a campos tan importantes como la educación, la cultura, el entretenimiento, la salud, la economía y la productividad empresarial. La tecnología, pues, ya cambió el mundo, y lo seguirá haciendo. Pero depende de nosotros –los periodistas y difusores de esta información, así como los usuarios intermedios y avanzados– que nuestras sociedades la aprovechen al máximo.
Por eso, soy un apasionado de la tecnología, de probar software, hardware y servicios web, pero también de ayudar a que más personas le saquen provecho, ya sea dando talleres por Latinoamérica sobre Internet o tecnología aplicada en diferentes campos, o generando contenidos que aporten a un mejor entendimiento de estos temas.
Todo esto hace que me ilusione ENTER.CO: porque lo veo como un canal no solo para informar y entretener, sino también para educar y motivar a más colombianos y latinoamericanos a que se interesen y aprovechen mejor las herramientas que ya tienen a su alcance, y así, para que estas realmente les ayuden a mejorar sus vidas.

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