En marzo de 1989, Berners-Lee, un joven ingeniero programador informático en contrato temporal en el CERN, entregó un documento titulado ‘Gestión de la Información: una propuesta’.
Su superior en Ginebra calificó ese proyecto de “vago pero apasionante” y lo aprobó. “Se palpaba, en el sentido de que antes o después debía llegar”, recuerda el ingeniero belga Robert Caillau, que formó equipo con Berners-Lee.
Juntos empezaron a estudiar el lenguaje hipertextual -el que se esconde tras las iniciales “http” de las direcciones de internet- y en octubre de 1990 lograron la puesta a punto del primer navegador internet, asombrosamente parecido a los actuales.
“Todo lo que ahora usamos, los blogs, etc, eso era lo que hacíamos en 1990. No hay ninguna diferencia. Así es como empezamos”, contó Cailliau a la emisora suiza RSR.
Esa nueva tecnología se puso a disposición del gran público a partir de 1991, cuando el CERN llegó a la conclusión de que no tenía la capacidad para garantizar su desarrollo.
Dos años después, la organización renunció a recibir los derechos de autor por esa invención que revolucionó el mundo de las comunicaciones.
Sin embargo, no hay que confundir la Web con internet, advierte Lynn St.Amour, directora de la Internet Society, para quien “el gran éxito de Tim Berners-Lee fue comprender la medida del poder y del potencial de internet”.
“La Web es una de sus aplicaciones, la más conocida y la más extendida, entre todas las de internet”, explica.
Cailliau, por su parte, sigue maravillándose de las aplicaciones de la WWW y afirma no haber imaginado nunca que los motores de búsqueda adquirirían una importancia semejante.
“Nunca pensé que los motores de búsqueda triunfarían. Son cosas muy centralizadas mientras que la Web es totalmente descentralizada”, afirmó, sin ocultar que, sin embargo, le irritan ciertas cosas del aspecto comercial del desarrollo de la Web.
“Hay cosas que no me gustan: que la gente tenga que vivir de la publicidad, mientras que yo había concebido un modelo de pago automático con moneda digital para pagar directamente al suministrador de información”, subraya Cailliau.
“También está, naturalmente, el gran problema de la identidad, la confianza entre quien pone la página a disposición (de los usuarios) y quien la ve, y la protección de los niños”, enumera.
Se espera la presencia de Tim Berners-Lee -actualmente investigador en el Massachussetts Institute of Technologie (MIT) de Estados Unidos y profesor de la universidad británica de Southampton- en la celebración del aniversario.
Berners-Lee sigue a la cabeza del consorcio que coordina el desarrollo de la Web.
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