La facilidad de uso, una de las características fundamentales de un sistema operativo, debería extenderse al proceso de instalación y no limitarse al manejo de la herramienta cuando ya está funcionando en el computador.
Con la llegada de Windows Vista, el nuevo sistema operativo de Microsoft que viene a reemplazar al ya bastante ‘reparchado’ Windows XP, he visto varias recomendaciones que invitan a los usuarios a comprar un equipo con el software base ya instalado, preferiblemente.
¿Así de difícil será la instalación? Espero que no¿
Cuando Windows XP salió al mercado, lo primero que hice al recibir la copia que me entregó Microsoft fue echarme la bendición e insertar el CD de instalación en la unidad correspondiente. El proceso duró una hora larguita y el resultado fue satisfactorio, salvo por algunos controladores que no funcionaban tan bien como en el viejo Windows 98, lo cual era de esperarse.
Algunos amigos y conocidos criticaron mi osadía, pues su experiencia con la instalación de Windows XP fue un poco traumática. Tanto que al cabo de pocos días regresaron a la versión anterior del sistema.
Yo hice lo mismo, no por un motivo diferente a recuperar la funcionalidad plena de algunos controladores; pero la goma de la novedad me volvió a ganar y una semana más tarde ya tenía el nuevo sistema instalado en mi computador, otra vez.
Los controladores de mis viejos dispositivos actualizados para XP empezaron a distribuirse en los sitios Web de los fabricantes y los problemas fueron desapareciendo.
Espero que con Windows Vista las cosas sean al menos iguales, si no mejores, pues para mí la instalación del sistema operativo no es un proceso único que se realiza una sola vez, sino que tengo la costumbre de repetirlo al menos cada año, como un procedimiento estándar de mantenimiento del computador. No me imagino pagándole a un técnico o importunando a un amigo para que haga esto por mí cada doce meses, si puedo hacerlo yo mismo.
La primera buena noticia al respecto es que Microsoft publicó en su sitio web una herramienta llamada Upgrade Advisor (‘consejero de actualización’), que se ejecuta en la máquina candidata a recibir el nuevo sistema operativo y le hace un análisis preciso de lo que podría salir bien y lo que podría salir mal con la instalación de Vista (puede encontrar más información y descargarlo en http://www.microsoft.com/windows/products/windowsvista/buyorupgrade/upgradeadvisor.mspx).
Yo, por ejemplo, ya sé que mi tarjeta importadora de video tendrá que ser reemplazada por una más moderna, que una de mis impresoras podría tener problemas para funcionar y que el programa para grabar CD deberá ser desinstalado antes de montar el nuevo Windows en el equipo, para lograr mejores resultados.
También confirmé lo que ya sabía: que mi disco duro maestro y la memoria RAM que tengo instalados son insuficientes para aprovechar todas las características del nuevo Windows. Y obtuve otra cantidad de información muy útil para mi proceso de actualización.
Tras ver el diagnóstico completo, pensé que migrar a Windows Vista puede ser una buena excusa para cambiar mi computador por uno nuevo, pues dadas las circunstancias y los resultados del análisis del Upgrade Advisor no creo que valga la pena actualizar el equipo viejo.
Sin embargo, también creo que tal vez valga la pena esperar un par de meses, hasta que todos los componentes que consiga en el mercado para armar mi nueva máquina ya sean aptos para el nuevo sistema operativo.
Por ahora, no estoy convencido de que comprar una máquina nueva con el software preinstalado sea el mejor camino para mí, que disfruto ‘cacharreando’ con el computador. Pero seguramente sí es lo más recomendable para aquellas personas poco hábiles con la tecnología que están pensando en actualizar su equipo o en comprar su primera máquina para el hogar.
Hasta ahora, mi principal contacto con Windows Vista ha sido a través de medios especializados que hablan de sus características. Otras tantas veces he visto el sistema ‘en vivo’, en el computador de un par de amigos que han hecho pruebas. Y tanto revistas como amigos me han convencido de que vale la pena dar el salto a la nueva versión.
Lo único que espero es que la facilidad de uso y todas las nuevas maravillas de Vista se extiendan al proceso de instalación y no se limiten al uso de la herramienta cuando ya esté funcionando en el equipo, pues de lo contrario no voy a poder disfrutar de ellas.
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