Uno de los principales golpes al corazón de Wikileaks fue el bloqueo que le hicieron Visa y MasterCard a las donaciones que los usuarios les hacían con sus tarjetas de crédito. La decisión, que fue unilateral de parte de los operadores, le quitó a la organización su músculo financiero y la dejó ahogada y sin capacidad de reacción. Para muchos, se trató de una movida injusta, pues era una intromisión indebida entre un tercero que quería donar su dinero y otro que quería recibirlo.
El Parlamento Europeo busca evitar que episodios como ese vuelvan a ocurrir. Christian Engstrom, diputado del Partido Pirata, radicó una proposición para que Europa legisle sobre las prohibiciones que pueden imponer estas empresas a las transacciones de dinero y defina “normas objetivas que establezcan las circunstancias y los procedimientos” en las que esto se puede hacer.
En su blog, Rick Falkvinge, cofundador del partido, dice que el hecho de que Visa o MasterCard puedan tomar estas decisiones es “un problema cada vez más grande“. Falkvinge dice que estas franquicias “están aparentemente en una posición de cerrar cualquier negocio u organización en el planeta con los que no estén de acuerdo, por cualquier razón […] Es inaceptable que las corporaciones privadas posean ese tipo de poder sobre la libertad de expresión”, añadió.
Además de Wikileaks, otras víctimas de esta clase de restricciones son algunos comerciantes suecos de juguetes sexuales, cuyos pagos –según denuncia el Partido Pirata– fueron bloqueados de forma unilateral por las franquicias.
Que viva el partido pirata
Que viva el partido pirata
El problemita es que el partido pirata es una inmensa minoria
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