Por JAVIER MÉNDEZ
Editor de Tecnología de EL TIEMPO
En el Aleph, un cuento publicado en 1949, Jorge Luis Borges habla de un sótano desde el cual se pueden ver todos los lugares del planeta al mismo tiempo y desde todos los ángulos. Allí es posible contemplar la totalidad de la Tierra en un instante gracias a una especie de ¿portal¿ oculto, que uno de los protagonistas define como un microcosmos de alquimistas y otro compara con la mirada omnipresente de un ángel que, según el profeta Ezequiel, puede ver hacia el sur, el norte, el oriente y el occidente porque posee cuatro caras.
En julio, Google lanzó un servicio gratuito que hace pensar en el Aleph de Borges: Earth (earth.google.com). Es un programa que sirve para mirar, desde el PC, todos los puntos de la Tierra. La visión no es al mismo tiempo, como en las ficciones eruditas del escritor argentino, pero es igual de sorprendente.
Con base en una vasta colección de fotografías aéreas y satelitales, a la que el usuario se conecta por Internet, Google Earth ofrece un espectáculo sobrecogedor: vistas aéreas de cualquier región del planeta, con la posibilidad de realizar acercamientos ¿de países, zonas rurales y ciudades¿ en los que se captan detalles como ríos, calles y edificaciones (vea un artículo sobre este tema en la página 14 de esta edición).
Las imágenes no son en vivo; se tomaron durante los últimos tres años y se van actualizando de manera constante, pero eso no le quita magia al servicio, cuyo único requisito es contar con un PC reciente y una conexión de alta velocidad a Internet (como las de cable y ADSL).
Esos recursos de cómputo son necesarios sobre todo para disfrutar de una de las características que más impresionan de Google Earth: el movimiento.
Con una buena conexión, los acercamientos son fluidos, así que la sensación es similar a la de volar sobre los países y ciudades. Las imágenes tridimensionales se van redibujando en la pantalla rápidamente, de forma que no se nota que se trata de muchas fotos independientes.
Por ahora, solo las principales ciudades de Estados Unidos y Europa cuentan con fotos de alta resolución; las demás, por ejemplo las de urbes latinoamericanas, se irán introduciendo poco a poco a la base de datos.
En las ciudades que tienen fotos de alta resolución es posible desplazarse hacia los lados, alejarse o acercarse y ver árboles, autos, monumentos, calles y otros detalles. Además, el software puede incluir en esas imágenes los nombres de avenidas y las fronteras de ciudades y países.
Hay varias versiones de Google Earth. Todas muestran las mismas imágenes en la pantalla, pero las ediciones pagadas ¿que arrancan en 20 dólares¿ tienen funciones adicionales, como impresión de fotos en alta resolución y la integración con sistemas de posicionamiento global (GPS).
En el cuento de Borges, Carlos Argentino, la persona que tiene escondido el Aleph en su sótano, usa su tesoro para describir en verso todos los elementos y territorios que hay sobre el planeta. Así crea una enorme y tediosa poesía llamada La Tierra.
Google Earth tiene una aplicación menos romántica que volar sobre el planeta y sus ciudades ¿lo primero que uno hace¿, pero también menos ociosa que la que escogió Carlos Argentino para el Aleph.
El servicio permite realizar búsquedas de información cuyos resultados se ven gráficamente. Por ejemplo, se le puede pedir que encuentre una dirección específica, que muestre todos los restaurantes y hoteles ubicados en cierta zona de una ciudad o que trace una ruta entre dos direcciones.
Cada día habrá aplicaciones más innovadoras. Al cierre de nuestra edición, Microsoft lanzó una versión de prueba de un servicio rival: Virtual Earth. Y tanto esta compañía como Google les están dando a los desarrolladores de software las herramientas para que creen nuevas aplicaciones que saquen provecho de estas tecnologías.
Así surgirán productos como clasificados de finca raíz gráficos o mapas y guías sobre todo tipo de información que se integrarán con los servicios de Google, Microsoft y otras empresas. Amazon, por ejemplo, está construyendo una base de datos de todos los establecimientos comerciales de E.U. que incluye fotos de la fachada de cada negocio y de las calles donde están ubicados.
En el futuro, entonces, tendremos una representación virtual muy real del planeta, a la que cualquier persona tendrá acceso desde diversos dispositivos. Hasta el imaginativo Borges se hubiera sorprendido con lo que está por venir.
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