Por JAVIER MÉNDEZ
Editor de Tecnología de EL TIEMPO
Microsoft lanzó una versión de 64 bits de Windows XP, con lo que se dio un gran paso en la transición del mundo de los PC hacia la computación de 64 bits. El salto a dicha tecnología, que se traducirá en PC más potentes, es el avance más importante de la computación personal en varios años, pero estaba cojo porque no existía la infraestructura de software necesaria para impulsarlo.
La llegada de Windows XP Professional X64 Edition, que inicialmente se esperaba para comienzos del 2004, era clave: aunque ya había procesadores de 64 bits para PC, no se contaba con una versión de Windows que explotara el mayor rendimiento de estos chips.
Así como el procesador es el componente de hardware más importante de un PC (es el cerebro), el sistema operativo es la pieza de software fundamental: es el programa que controla el funcionamiento del computador y de las demás aplicaciones (el navegador, los juegos, etc.). Por ello, cualquier nueva tecnología de hardware sirve de muy poco si no es soportada por el sistema operativo.
Los procesadores de 64 bits para PC debutaron en septiembre del 2003, cuando AMD despachó el Athlon 64; Intel presentó los suyos en abril del 2005. Estos chips son más veloces porque manejan paquetes de datos más grandes que los procesadores actuales (que son de 32 bits) y porque pueden trabajar con una cantidad enorme de memoria RAM (los procesadores de 32 bits aceptan máximo 4 GB).
El mayor rendimiento de un procesador de 64 bits beneficia principalmente a los usuarios de aplicaciones muy exigentes, como juegos avanzados, programas de edición de video y música digital y software de diseño asistido por computador (CAD).
Las piezas del rompecabezas
Para que los PC evolucionen a la computación de 64 bits se necesitan tres elementos: procesadores de 64 bits, un sistema operativo del mismo tipo y aplicaciones de 64 bits. Con el nuevo Windows se completan dos de los tres requerimientos.
Hay que aclarar que Windows no es el único sistema operativo para PC que existe (ni tampoco el único de 64 bits), pero sí es, de lejos, el más relevante: casi el 95 por ciento de los PC del planeta trabajan con Windows, frente a 2 por ciento del Mac OS y una cifra similar de Linux (este último está muy difundido, pero en servidores).
Ahora que se cuenta con un Windows de 64 bits es necesario que los fabricantes de aplicaciones escriban nuevas versiones de sus programas que aprovechen la nueva tecnología. Esto sucederá gradualmente, y es de esperarse que Microsoft ¿dueña de Windows¿ sea una de las primeras compañías en lanzarse al agua (se dice que en el 2006 podría llegar un Office de 64 bits).
Sin embargo, una cualidad del modelo de 64 bits actual ¿creado por AMD y seguido por Intel¿ es que su adopción es gradual: los procesadores como el Athlon 64 no son ciento por ciento de 64 bits, sino híbridos que también pueden manejar programas de 32 bits. Eso tiene una ventaja: usted puede seguir usando sus programas actuales (Word, Excel, Internet Explorer, etc.), que son de 32 bits, mientras se crean las versiones de 64 bits.
En efecto, Windows XP Professional X64 Edition puede manejar aplicaciones actuales de 32 bits y las futuras de 64 bits. Y según pruebas realizadas por publicaciones estadounidenses, en algunos casos los programas de 32 bits también funcionan más rápido.
Antes de que salga corriendo a una tienda, tenga en cuenta que el nuevo Windows no se podrá comprar aparte; solo vendrá preinstalado en los PC que tengan un procesador de 64 bits, como el Athlon 64 o uno de los Pentium Extreme Edition nuevos.
Además, al comienzo habrá una limitación: los dispositivos que hoy usa con su PC (impresoras, escáneres, cámaras) no funcionarán con el nuevo Windows, a menos que los fabricantes actualicen a 64 bits los drivers (pequeños programas que controlan el funcionamiento de los dispositivos). Seguramente a partir de ahora los aparatos nuevos se venderán con drivers de 64 bits, pero podría tener problemas con los antiguos mientras los ponen al día.
Así pues, la llegada de este Windows es una buena noticia, que se complementará con Longhorn, una actualización de Windows que se espera para el 2006 (también manejará chips de 32 y 64 bits), y que será la principal renovación de ese sistema operativo desde la salida de Windows 95, hace una década.
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