Por JAVIER MÉNDEZ
Editor de Tecnología de EL TIEMPO
Apple lanzó este mes un programa que permite instalar Windows en sus computadores Mac. Es una medida bien recibida porque desde hace 22 años los usuarios de PC estaban separados en dos territorios (Windows y Mac OS), pero podría tener un damnificado: el sistema operativo Mac OS.
Gracias al paso que dio Apple, los usuarios de Windows ahora pueden comprar computadores de esa empresa sin tener que renunciar a Windows, ya que en los Mac nuevos es posible usar los dos sistemas operativos (el programa que controla el funcionamiento de un computador), aunque no al mismo tiempo (se debe reiniciar el PC para cambiar de uno al otro).
Esto favorece a los seguidores del Mac porque ellos son una minoría (menos de 3 por ciento de los usuarios de PC) y ahora pueden emplear los programas para Windows, mucho más abundantes. Y a las personas que habitamos en la orilla Windows nos da la posibilidad de comprar equipos Mac, que son verdaderas joyas de diseño.
Sin embargo, creo que la estrategia podría matar poco a poco al Mac OS. La principal razón es que los fabricantes de software, pensando en reducir costos, podrían tener la tentación de sacar solo la versión para Windows de sus programas, y omitir la del Mac OS, que representa un mercado más pequeño (y si igual Windows trabaja en el Mac¿). Espero estar equivocado porque nunca es bueno perder opciones en el mercado.
De otro lado, y aunque suene a sacrilegio por el fanatismo religioso con el que los usuarios de Mac aman su sistema, creo que algunos de ellos podrían quedarse a vivir en Windows, una vez que lo conozcan y lo usen en su PC.
Es cierto que el Mac OS es más seguro, pero no por las razones que Apple da a entender. Los virus y el spyware son escasos allí porque ese sistema tiene tan pocos usuarios que los hackers no se toman la molestia de crear virus para Mac, pues quieren llegar a la masa, que está en Windows.
Debido a ello, el Mac OS sufre pocos ataques. Y me parece que eso lo hace, al contrario, un sistema con menos dientes para defenderse, pues la seguridad nunca ha sido una obsesión para Apple como sí lo es para Microsoft.
Admito que si se cambiaran a Windows, los seguidores del Mac tendrían que instalar antivirus, antispyware, antispam y contratar exorcistas para defenderse de las plagas y demonios de Internet, pero pronto notarían las ventajas que tiene usar el mismo software que emplean nueve de cada diez personas en el mundo, y no al revés.
Uno no usa un sistema operativo porque sea más ¿bonito¿ que otro, sino porque tenga muchos programas disponibles, y en el mundo Windows hay bastantes más.
Sin embargo, así se debilite el Mac OS, creo que Apple hizo lo correcto. Esta es cada día más una empresa de hardware y no de software, y sus posibilidades de crecimiento están en el primer terreno.
El 51 por ciento de sus ingresos en el cuarto trimestre del 2005 (el último disponible) los generó el reproductor portátil iPod. Los Mac representaron el 30 por ciento de las ventas, y el software tuvo una participación muy baja: 6 por ciento.
Es verdad que en la integración entre el Mac OS y los PC de Apple está buena parte de la magia. Es más fácil lograr que un PC funcione bien cuando la misma compañía (Apple) fabrica los computadores y el sistema operativo. En el otro lado, en cambio, Microsoft produce el sistema (Windows) y docenas de empresas fabrican los PC (Dell, HP, etc.).
Por ello, el Mac podría perder parte de su atractivo si su sistema se va diluyendo. La pregunta es: ¿tendrá Apple más desertores que nuevos adeptos ahora que su mercado potencial es tan grande? Las acciones de Apple subieron 15 por ciento tras el anuncio, así que la apuesta por Windows tuvo acogida.
Apple sabe que por ese camino tiene futuro. Esa empresa no permitió instalar Windows en sus Mac porque los usuarios se lo pidieran, como dijo su director de mercadeo, sino porque le conviene.
El iPod, que ha vendido 50 millones de unidades, es una muestra: ese reproductor no sería la máquina de hacer dinero de hoy si Apple lo hubiera mantenido como un producto exclusivo para usuarios de Mac, en lugar de volverlo compatible con Windows, como al final hizo.
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