La Organización Mundial de la Salud (OMS) está cada vez más cerca de formalizar el concepto de adicción a los videojuegos. En un texto ‘borrador’ que se publicó esta semana, la organización agregó una descripción adicional sobre ‘desorden de juego’ al manual de diagnósticos de la OMS, por primera vez en la historia, según informó Polygon.
Este manual, llamado Compendio Internacional de Enfermedades (CIE o ICD, en inglés), lanzará su versión número 11 en 2018. Y este borrador es el primero que incluye una sección para los videojuegos, y lo ubica en la misma categoría de desórdenes relacionados con drogas, alcohol y apuestas.
Según este documento, el desorden de juego se caracteriza por un patrón de comportamiento hacia los juegos digitales o videojuegos, sean en línea o ‘offline’, que es persistente o recurrente. Estos patrones se manifiestan en varios síntomas:
- Descontrol sobre el juego, ya sea ante la frecuencia, la intensidad, la duración, el momento de terminar o el contexto.
- Incremento de la prioridad que se le da a los videojuegos sobre otros intereses de la vida o actividades diarias.
- Continuación o aumento de juegos a pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas.
Los patrones de comportamiento de este desorden pueden ser tan severos, que pueden resultar en discapacidades serias en la vida personal, familiar, social, en la educación, en el trabajo y en otras áreas de funcionamiento. El patrón de comportamiento de juegos puede ser continuo, u ocasional y recurrente. Además, se dice que los síntomas se hacen evidentes en un período de al menos 12 meses, antes de poder hacer un diagnóstico.
Desacuerdos médicos
Aunque esta adición en el manual de la OMS puede beneficiar a personas que creen sufrir de este desorden, la comunidad médica no está del todo de acuerdo con la posible decisión. Por ejemplo, el doctor Anthony M. Bean, consultado por el medio, dice que los motivos para incluir esta condición como una enfermedad, son perjudiciales y hasta peligrosos.
El doctor cree que existen motivaciones ‘ocultas’ para formalizar este diagnóstico, y muy pocas evidencias empíricas que fundamenten el desorden. Entre esos motivos ocultos, el médico cree que la comunidad médica se puede beneficiar, en cuanto tendrá muchos pacientes nuevos para tratar.
En cambio, el médico Vladimir Poznyak, coordinador del departamento de salud mental y abuso de sustancias de la OMS, niega estas acusaciones. Dice que no ha habido ninguna presión externa para incluir el desorden de juego en el manual. Sino que la decisión se ha hecho basada en la evidencia científica y las experiencias con este tipo de condiciones en todo el mundo.
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