El contexto económico actual ha obligado a las compañías de todo el mundo a conseguir más ‘output’ con la misma cantidad de ‘input’, un concepto que en las organizaciones es ya bastante conocido y que busca optimizar al máximo los recursos existentes. En este sentido, la tecnología juega un papel fundamental, pues les permite a las empresas mejorar su productividad y rendimiento, teniendo en cuenta que posean las herramientas adecuadas.
Suele suceder que los gerentes generales ven la tecnología como una simple herramienta de apoyo en el negocio, pero no entienden que la innovación que se haga al respecto, y en especial en lo relacionado con los equipos de cómputo, es fundamental para que las compañías crezcan. El reto de los gerentes de TI es lograr transmitir un mensaje claro para que el negocio entienda que las inversiones en computadores no son un costo, sino una inversión que generará retornos, aumentando la productividad.
Por sí solo, un computador no es más rentable que otro. Ambos tienen un precio y hacen lo mismo. La gran diferencia entre un computador viejo y uno actual que posea, por ejemplo, la sexta generación de procesadores Intel® Core ™ vPro™, es la velocidad con la que ejecuta las tareas. Y usando teoría administrativa básica: un empleado que hace sus labores más rápido será mucho más productivo que un par con un computador más lento.
Ahí esta la clave para justificar la inversión en un nuevo lote de computadores. La productividad de toda la organización va a aumentar al tener computadores más rápidos. Una investigación de Prowess, empresa especializada en consultoría, encontró que los computadores nuevos, en comparación con equipos de hace cinco años, son mucho más eficientes.
Veamos un poco los números que muestran los aumentos en productividad con los nuevos chips de Intel. Los computadores recién comprados pueden ‘devolverle’ a la empresa hasta 21 horas al año por empleado al ejecutar tareas de manera más eficiente. Si una compañía tiene 500 empleados, estamos hablando de más de un año de tiempo recuperado.
¿Cómo se logra esto? En realidad, no hay mucha magia en la respuesta. Los nuevos procesadores hacen las cosas más comunes más rápido. Por ejemplo, son 4,1 veces más rápidos prendiendo el computador, una tarea que se tiene que hacer todos los días. Si se multiplica eso por los 265 días laborales que tiene un año laboral en promedio, los aumentos en productividad son muy claros.
Se presentan casos similares con programas tan comunes como Microsoft Outlook y el paquete de productividad de Microsoft. La investigación de Prowess encontró que los chips Intel Core vPro abren una bandeja de entrada de 5 GB hasta 5,5 veces más rápido que un computador de hace 5 años corriendo un procesador Intel Core de tercera generación. Los incrementos para abrir archivos de Power Point son de 5,9 veces y el ingreso a un documento de Word es 6,1 veces más rápido.
Dependiendo del tipo de trabajo que realice un empleado, los saltos en productividad son realmente notables. Y, teniendo en cuenta que son acumulativos, una organización se vuelve más ágil y dinámica con un nuevo inventario de PC.
En términos generales, las pruebas de los equipos muestran saltos en rendimiento notables. Por ejemplo, el benchmark Futuremark 3DMArk Ice Storm encontró que los nuevos chips son 160% más eficientes que sus contrapartes de tercera generación. Futuremark es un benchmark enfocado en los gráficos para comparar la presentación y las capacidades de motor físicas de diferentes computadores. BAPco SYSmark 2014 –otra prueba de rendimiento– llegó a la conclusión que muestra un aumento del 99% en eficiencia. En este caso, SYSmark evalúa el desempeño de los computadores utilizando carga de trabajo sintetizada para la productividad de la oficina, creación de medios y análisis de datos.
Para la creación de medios, se usó Principled Technologies HDXPRT 2014, una herramienta que encontró que los chips de sexta generación son 65% más eficientes.
Finalmente, cabe mencionar que los equipos nuevos son mucho más amigables con el medio ambiente. Prowess encontró que los nuevos computadores son 60% más eficientes en el consumo de energía, algo que puede representar, por lo menos en Estados Unidos, un ahorro de 57.000 dólares al año.
La combinación de todos estos ingredientes solo arroja una conclusión: una inversión para renovar los computadores de la organización tiene una relación directa con la productividad de los empleados. La gente hará sus tareas más rápido y, por qué no, podrán innovar, creando nuevos productos y servicios para la organización. No hay pierde con una nueva flota de computadores, sobre todo ahora que vienen en diferente formas y tienen un sistema operativo muy sólido como Windows 10.
Imagen: maselkoo99 (vía iStock).