La conectividad en Argentina sigue siendo un desafío en zonas rurales y alejadas de los centros urbanos. Mientras Starlink avanza con su servicio global, una empresa argentina ha decidido competir con una propuesta local, Orbith. Su modelo busca ofrecer internet satelital con costos más accesibles y una infraestructura diseñada específicamente para el país. Pero, ¿tiene realmente la capacidad de hacerle frente al gigante de Elon Musk?
Orbith utiliza satélites de alta capacidad (HTS) en banda Ka para brindar conexión a internet de alta velocidad. Gracias a la reutilización del espectro radioeléctrico y la tecnología DVB-S2X, ofrece estabilidad y costos más bajos. Su oferta de servicios se divide en varios segmentos:
Residencial: Planes de hasta 100 Mbps, instalación a domicilio y soporte técnico en Argentina.
Corporativo: Conectividad para empresas con operaciones en zonas remotas.
Gobierno: Servicios escalables para instituciones públicas.
Sector agrícola y Pymes: Alternativas de internet para el campo y emprendimientos.
Los planes tienen un costo mensual que va desde los $37.800 ARS ($148.000 COP) hasta $68.200 ARS ($267.000 COP), presentándose como una alternativa frente a la limitada expansión de la fibra óptica en el país.
Diferencias entre Orbith y Starlink
Starlink ofrece internet con velocidades superiores a 200 Mbps y menor latencia gracias a su red de satélites en órbita baja (LEO). Sin embargo, sus costos de servicio y de equipo son significativamente más altos que los de Orbith. Además, mientras Starlink opera con una infraestructura global, Orbith se centra en el mercado argentino, ajustándose a su marco regulatorio y necesidades específicas.
Otra gran diferencia radica en la tecnología. Starlink utiliza miles de satélites en órbita baja, lo que reduce la latencia pero requiere un despliegue costoso. Orbith, en cambio, apuesta por satélites geoestacionarios (GEO) y prevé lanzar su propio satélite en 2025, lo que le permitiría mayor independencia tecnológica.
La ventaja de Starlink en tecnología y financiamiento es clara, pero Orbith apuesta por una solución más accesible y adaptada al contexto argentino. Su estrategia de precios más bajos y atención personalizada podría captar un nicho importante de usuarios que buscan alternativas económicas y funcionales.
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El futuro de Orbith dependerá de su capacidad para expandirse sin que los costos se disparen. Si logra consolidar su infraestructura con el lanzamiento de su satélite en 2025, podría convertirse en un actor clave en la conectividad del país.
La competencia entre ambas empresas no solo se definirá por la velocidad de conexión, sino por qué tan bien pueden adaptarse a la realidad del mercado argentino. La próxima década será crucial para determinar si una compañía local puede desafiar a uno de los gigantes de la tecnología global.