En España muere hombre por seguir su GPS

La regla de oro cuando se maneja es siempre la misma: mantener los ojos en la carretera. Foto: mroach, vía Flickr.
La tragedia ocurrió en la localidad de Capilla, ubicada entre Madrid y Sevilla. Según la Cruz Roja, el conductor del vehículo siguió ciegamente su sistema de posicionamiento satelital, el cual por desgracia lo llevó a directo al embalse La Serena, donde murió ahogado.

La regla de oro cuando se maneja es siempre la misma: mantener los ojos en la carretera. Foto: mroach, vía Flickr.

La tecnología tiene muchas ventajas, pero nunca hay que olvidar que, en ocasiones, la fe que le tienen las personas es excesiva. Éste fue el caso de un par de hombres de origen senegalés que se dedicaban a la venta ambulante en España.

Según la Cruz Roja, los hombres se desplazaban de noche en la localidad de Capilla, la cual se ubica entre las ciudades de Madrid y Sevilla. Como no conocían bien las carreteras, siguieron el sistema de posicionamiento global (GPS por sus siglas en inglés) instalado en el automóvil. Éste los llevó por unas calles poco transitadas y mal iluminadas, por lo cual confiaron aún más en la guía satelital para llegar a su hogar sevillano.

Esa decisión terminó costándole la vida a uno de los hombres. El GPS los llevó por una vía que se encuentra temporalmente cortada y termina cerca del embalse La Serena. A pesar de que hay avisos en los costados de la carretera que advierten sobre su estado, todo indica que los hombres hicieron caso omiso de las advertencias por favorecer su sistema de navegación.

“La oscuridad de la noche no les permitió frenar a tiempo y el vehículo se sumergió en el agua en muy pocos minutos”, indicaron miembros de Cruz Roja.

Aunque los dos hombres lograron salir del carro, apenas uno llegó a la orilla a salvo. El conductor, de 37 años, falleció mientras su acompañante, de 38, sobrevivió. El relato de éste último ahora sirve como ejemplo de los peligros que tiene la confianza excesiva en la tecnología.

Luis Iregui V.

Luis Iregui V.

Soy un adicto a la tecnología. Lo acepto y lo celebro. Como buen adicto, tengo toda una historia detrás de mi condición. Comencé con una obsesión por los videojuegos que con los años se transformó en una pasión por todas las cosas relacionadas a la tecnología. Esta manía me ha llevado a mantener mi cuenta bancaria en ceros, siempre a la merced del último gadget, el último juego o el último celular. Intenté satisfacer mi adicción estudiando sistemas en Estados Unidos, pero no quedé convencido y terminé desubicado en Los Andes, graduado como abogado pero frustrado por no tener un futuro tecnológico claro por delante. Para mejorar mi situación, comencé una página dedicada el cubrimiento del mundo de los videojuegos (lapaginadejuegos.com), pero incluso eso no fue suficiente para satisfacer mi apetito digital. Después de muchas vueltas, llego a ENTER.co con el sueño de convertir este sitio en el lugar de referencia para los adictos latinoamericanos como yo, que jamás están satisfechos y viven al borde de sus sillas, pendientes de todo lo que ocurre en el maravilloso mundo de la tecnología.

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