Este martes se desplegaron los primeros procesadores Intel Core de octava generación. De acuerdo con Ars Technica, se trata de un cuarteto de procesadores de la serie 15W U-series mobile. Mientras que las piezas de la serie U de la generación anterior han tenido dos núcleos y cuatro hilos, los chips doble de la octava generación vienen con cuatro núcleos y ocho hilos.
Estos también rebotan hasta una velocidad máxima de reloj de 4,2 GHz (aunque la velocidad de reloj base solo para la parte superior es de 1,9 GHz, en comparación con la séptima generación que llegaba a los 2,8 GHz). Pero según el editor de tecnología de este medio, Peter Bright, más allá de esos cambios, “hay poco que decir sobre los nuevos chips de Intel porque de muchas maneras, los nuevos chips no son realmente nuevos”.
Los argumentos de Ars Technica
Aunque Intel está llamando a estos procesadores ‘Octava Generación’, su arquitectura, tanto para su CPU como para su GPU integrada, es igual a la de séptima generación con Kaby Lake. De hecho, Intel llama a la arquitectura de estos chips ‘Kaby Lake Refresh’ (o ‘Kaby Lake actualizado’). Para Bright, Kaby Lake era en sí mismo una pequeña actualización de Skylake, añadiendo una GPU mejorada (con, por ejemplo, soporte acelerado por hardware para video 4K) y mejor de velocidad de reloj. Además, “los nuevos chips continúan construidos con el proceso de fabricación ’14nm +’ de Intel, aunque algo refinado”.
A principios de este año, Intel afirmó que los nuevos chips añadirían un 30% de rendimiento sobre las partes de la séptima generación. Ese número es ahora del 40%. Sin embargo, un total de 25% de ese impulso proviene del núcleo duplicado y el recuento de hilos. El resto se reparte uniformemente entre las mejoras de ‘fabricación’ (es decir, velocidades de reloj más altas) y las mejoras de ‘diseño’.
Entonces ¿qué pasó?
¿Qué pasó con el resto de la octava generación? De acuerdo con el editor de tecnología de Ars Technica, ahí es donde “la historia de Intel luce bastante desordenada”. Los chips de escritorio se esperan para la temporada de otoño y aunque Intel no se siente obligado a decir nada acerca de estos, la creencia y la expectativa generalizada es que estos serán de seis núcleos, estarían construidos sobre el refinado proceso de fabricación ’14nm ++’ e incorporarían Coffee Lake. Los procesadores móviles de la serie H de 45W y los procesadores móviles de la serie Y de 4.5W también incluirían estas características.
Intel ha confirmado que al menos algunos de estos serán de 10nm, lo que implica que la compañía ya está utilizando la próxima generación de arquitectura Cannonlake. Los candidatos más probables aquí son los procesadores más pequeños de la serie Y, ya que esto maximizaría el rendimiento en el nuevo proceso de 10nm.
Así las cosas, como tal, la ‘Octava Generación’ abarcará Kaby Lake refresh, Coffee Lake y Cannonlake, construido en 14 +, 14 ++ y 10nm. Por ello, “hasta el momento todo significa que la etiqueta de ‘Octava Generación’ no es muy significativa en absoluto”.
Imagen: Ars Technica, Pexels.