es el nombre del proyecto que busca mejorar las habilidades que tiene un pulgar prensil como el del ser humano. Como indica su nombre, se trata de una estructura protésica que imita los movimientos opuestos del dedo pulgar, en relación al resto de dedos, una característica que proporciona más funcionalidad al conjunto de dedos de nuestra manos.
La estructura se compone de tres piezas impresas en 3D y juntas incrementan las habilidades y la versatilidad de la mano. Los movimientos se replican mediante dos motores que tensan y destensan el material usando filamento elástico. La parte que integra los motores en la muñeca se compone de resina gris, y un cable Bowden con teflón que provoca el movimiento de flexión y extensión.
¿Cómo funciona el pulgar adicional?
Los movimientos de este tercer pulgar se controlan mediante sensores de presión situados en los zapatos y conectados al pulgar robótico vía Bluetooth. “El control con los pies aprovecha la fuerte conexión existente entre las manos y los pies que ya se aprovecha habitualmente: para conducir coches y motos, máquinas de coser o pianos”, explica Danielle Clode, la diseñadora neozelandesa detrás de este proyecto. Este sistema de conexión por Bluetoohth es el mismo tipo de control desarrollado para manejar dos brazos robot adicionales.
Tanto el pulgar artificial como la correa con la que se sujetan a la mano el dedo y el controlador, que va colocado en la muñeca como un reloj, pueden presentar diferentes aspectos y acabados. De forma parecida a como sucede con las pulseras, los relojes o los tatuajes, la impresión 3D permite que el tercer pulgar luzca diferentes estéticas, incluyendo la idea de la joyería cinética (elementos decorativos cambiantes para realizar funciones adicionales).
De momento se trata de un prototipo, que a futuro puede despertar un gran interés funcional y comercial. ¿Te pondrías este pulgar u otra parte artificial?
Imagen: Dani Clode