En cinco años, un carro nuevo puede perder casi lo mismo que vale una casa usada en un pueblo pequeño. Según el estudio más reciente de iSeeCars, la depreciación promedio de un vehículo en EE.UU. es del 45,6 % tras media década. Pero hay modelos —como el Porsche 911— que parecen inmunes al paso del tiempo y conservan más del 80 % de su valor original, como si fueran obras de arte sobre ruedas.
El informe que está, basado en más de 800.000 ventas entre 2024 y 2025, ofrece un retrato detallado de qué autos se deprecian menos y cuáles se devalúan como si llevaran una cuenta regresiva. Las diferencias son notables, y tienen causas concretas.
El promedio de depreciación en EE.UU. es del 45,6 % a los cinco años, sin embargo, algunos autos pierden menos de la mitad de eso, mientras otros se desploman casi un 70 % en ese mismo periodo.
Depreciación a 5 años para segmentos de vehículos destacados | |||
Segmento | 2019 | 2023 | 2025 |
En general | 49,6% | 38,8% | 45,6% |
Híbridos | 56,7% | 37,4% | 40,7% |
vehículos eléctricos | 67,1% | 49,1% | 58,8% |
SUV | 51,6% | 41,2% | 48,9% |
Camiones | 42,7% | 34,8% | 40,4% |
Los que resisten
Los autos que mejor mantienen su valor no son necesariamente los más económicos. Muchos pertenecen al segmento deportivo o pickup, donde la durabilidad, el prestigio de marca y la demanda constante se combinan en un cóctel ganador.
Encabezando la lista está el Porsche 911, con solo 19,5 % de pérdida. Le siguen íconos como el Toyota Tacoma (20,4 %), el Jeep Wrangler (20,8 %) y el confiable Honda Civic (21,5 %). Son modelos con fuerte identidad y valor percibido.
En estos casos, la depreciación baja se explica por tres factores clave. Primero, una reputación ganada durante décadas. Segundo, mantenimiento accesible y confiabilidad mecánica. Y tercero, un mercado de usados muy activo y dispuesto a pagar más por estos modelos.
A continuación, los 10 vehículos que menos se deprecian después de cinco años:
- Porsche 911 – 19,5 %
- Toyota Tacoma – 20,4 %
- Jeep Wrangler – 20,8 %
- Honda Civic – 21,5 %
- Subaru BRZ – 23,4 %
- Chevrolet Camaro – 24,2 %
- Ford Mustang – 24,5 %
- Chevrolet Corvette – 25,0 %
- Toyota Tundra – 26,0 %
- Mazda MX-5 Miata – 27,5 %
Lo interesante es que muchos de estos autos, especialmente los deportivos, no solo se compran por emoción. También se perciben como inversiones estables, con valores residuales altos y buena rotación en el mercado secundario.
Por otro lado, los pickups como Tacoma y Tundra mantienen su valor por su durabilidad extrema. Son vehículos que pueden durar 300.000 km sin mayores fallas, y eso tiene un peso enorme para quienes compran usado.
Los que pierden más, lujo, tecnología y desinterés del mercado
En el otro extremo están los autos que se deprecian más. El más golpeado es el Jaguar I-PACE, un SUV eléctrico de lujo que pierde 68,5 % de su valor en cinco años. Le siguen sedanes premium como el BMW Serie 7 y el Audi A8, todos con cifras superiores al 60 % de caída.
En general, los modelos eléctricos y de lujo sufren más por una combinación peligrosa: alto precio inicial, tecnología que envejece rápido y escasa demanda en el mercado de segunda mano. Además, los costos de reparación y mantenimiento son mayores.
Los autos eléctricos, por ejemplo, pierden valor rápidamente por la incertidumbre sobre la duración de sus baterías. También porque el avance tecnológico deja obsoletos los modelos de hace solo tres o cuatro años.
Estos son los 10 vehículos que más se deprecian tras cinco años:
- Jaguar I-PACE – 68,5 %
- BMW Serie 7 – 67,8 %
- Maserati Ghibli – 65,6 %
- Audi A8 – 64,5 %
- Tesla Model S – 63,6 %
- Nissan LEAF – 61,9 %
- Cadillac Escalade ESV – 61,0 %
- Infiniti QX80 – 60,7 %
- Mercedes-Benz S-Class – 60,3 %
- Volvo S90 – 59,5 %
El caso del Tesla Model S es paradigmático. Aunque sigue siendo un auto admirado, sus versiones más antiguas carecen de la autonomía y tecnología de los nuevos modelos, lo que afecta su valor de reventa.
El lujo, por su parte, envejece mal; las berlinas premium sufren porque los compradores de segunda mano prefieren opciones más económicas o SUV, y porque la electrónica compleja tiende a fallar con el tiempo y es cara de reparar.
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Esto nos deja una gran lección: el precio de compra es solo el comienzo de la historia. La depreciación es el verdadero costo oculto de tener un auto nuevo.
Saber cuáles modelos conservan mejor su valor permite tomar decisiones inteligentes. Y, en tiempos de inflación y crédito caro, eso puede significar ahorrar miles de dólares en el largo plazo.
Imagen: Archivo ENTER.CO