Hace unas semanas, les contábamos que un cracker se atribuyó el robo del archivo de correos del Comité Nacional Demócrata, y había publicado un documento en el que el partido liberal estadounidense exploraba las debilidades de Donald Trump. El ladrón de información, conocido como ‘Guccifer 2.0’, había afirmado que entregó los correos electrónicos a Wikileaks, y este viernes la página dedicada a publicar filtraciones difundió 19.252 mensajes enviados a y recibidos por los buzones de email del Comité.
RELEASE: 19,252 emails from the US Democratic National Committee https://t.co/kpFxYDoNyX#Hillary2016#FeelTheBernpic.twitter.com/Pft8wnOujl
— WikiLeaks (@wikileaks) 22 de julio de 2016
Aunque hasta ahora la gente en internet está examinando los mensajes de correo en su totalidad, ya han aparecido algunos que han despertado polémica. En uno de ellos, encontrado por The Intercept, el jefe financiero del partido, Brad Marshall, le sugiere a otros altos rangos demócratas “conseguir que alguien le pregunte por lo que cree“, pues “aunque ha dicho que es judío“, Marshall cree que en realidad es ateo.
Aunque en el correo no es claro de quién se habla, el medio ha interpretado que se trata de Bernie Sanders, el otro precandidato demócrata. Como anota el sitio, falta explicar por qué los funcionarios del partido, que no deberían tener preferencias en las elecciones primarias, estarían haciendo esta clase de trabajo a favor de Clinton.
Otra polémica tiene que ver con la publicación de datos privados de cientos de pequeños donantes, como las direcciones de sus casas, los números de sus tarjetas de crédito o sus números de seguridad social. Esos datos están en algunos de los mensajes en los que se registran donaciones de particulares al partido, incluso por montos tan bajos como cinco dólares.
Como señala Gizmodo, Wikileaks tiene una política de no editar los contenidos que le son filtrados, y en cambio publicarlos completos, sin eliminar esa clase de información. Siempre se ha debatido si recortar u omitir datos de estos materiales es una buena práctica o no, pues aunque se evita causarles daño a personas cuya información personal es revelada –y que, a menudo, son ajenas al conflicto que se quiere exponer–, se abre la puerta a la introducción de sesgos a la hora de presentar los datos.
Ni la candidata ni el partido Demócrata se han pronunciado hasta el momento.
Imagen: Wikileaks