La tienda de Google es algo conocido para la mayoría de usuarios de Android. Desde hace años, es el lugar en el que todos acuden para buscar su aplicación favorita, instalar el juego del mes o buscar la herramienta que les hace falta para tener su celular multitareas. Pero, muchos usuarios también están usando repositorios de apps para instalar aplicaciones en dispositivos que no tienen acceso a ciertas funciones o que buscan un medio alterno Google Play.
Pero la pregunta que muchos se pueden hacer es ¿cuál es la diferencia entre Google Play y un repositorio de apps? ¿Está solo en que una es la ‘tienda oficial de Google’? No realmente. Hay muchos elementos a tener en cuenta antes de que decidas comenzar a utilizar una de estas herramientas como tu instalador de apps.
Más que una tienda
Lo primero que hay que entender es que, a estas alturas, Google Play es más que una tienda de apps. Así la podemos ver nosotros, que nos referimos con ese nombre a la app que nos permite descargar Facebook, Candy Crush y la herramienta para editar nuestras fotos. Pero en realidad, se trata más de una librería que no solo es para los usuarios, sino también para los desarrolladores. Google Play es el punto de conexión entre Android (el sistema operativo de tu celular) y Google.
¿Qué significa esto para ti como usuario? Que las apps alojadas en Google no solo están allí para ser instaladas, sino que esta librería además asegura que se aprovecharán de las ventajas que ofrece con cada nueva actualización. Los desarrolladores utilizan estas mejoras para optimizar elementos como es el reconocimiento de la cámara, la optimización de la batería, la interacción con el asistente de voz, entre otros elementos. Una app en Google Play puede aprovechar, básicamente, todas las mejoras que mes a mes el gigante de la tecnología trae para mejorar la búsqueda, el uso de realidad aumentada o la manera en la que interactúan sus herramientas (Gmail, YouTube, Search) e implementarlas en Android.
Un repositorio de Apps por otro lado solo es, como su nombre lo indica, eso: un grupo de aplicaciones que están alojadas en un servidor, para que puedan ser instaladas. No beneficios adicionales.
Google Play: todas las apps, al alcance de tu mano
La mayoría de publicidad que hoy ronda a los repositorios de apps está centrada en afirmar que te dan acceso a las mismas apps que tienes en Google Play, lo cual en la mayoría de casos puede ser considerado como una verdad a medias. La razón es que hoy no existe ningún repositorio que tenga el mismo alcance que tiene Google Play con su librería. La mayoría de opciones que existen hoy para Android a lo sumo cuentan con una porción de las apps.
Les voy a dar un ejemplo. Desde 2016 comencé a jugar ‘Pokémon Go’. Es la primera app que instalo en cualquier celular y el único juego que de manera permanente uso en mis momentos de procastinación. En Google Play, lo encuentro como primer resultado. Lo instalo y estoy listo para seguir jugando. En los repositorios de apps… la historia es diferente. Para empezar, porque me tomó al menos cinco repositorios encontrar un APK (que es el archivo que tienes que descargar) para poder instalarla. En el mejor de los casos, las tiendas no entregaban resultados. En el peor, las apps relacionadas eran copias o herramientas diferentes.
Por último, algunos repositorios no ofrecen los APK para descarga, sino que entregan enlaces de acceso rápido para poder ingresar a ellas. Esto es porque ciertas apps (como YouTube) no pueden ser solo instaladas a través de un archivo. Entonces, lo que estas tiendas ofrecen son ‘accesos directos’ que te permiten ir al sitio web de la herramienta que necesitas, pero no instalarla en tu celular.
La seguridad es lo primero
Google Play, además de ser una librería, es también una fuente de curación de estas aplicaciones. Esto quiere decir que la tienda constantemente hace revisión y purga de apps que pueden tener contenido malicioso o que son puertas para malware. Otro elemento que también tiene, es que revisa los permisos solicitados por las apps. Por ejemplo, hace poco Google Play añadió nuevas restricciones a las apps que solicitaban utilizar herramientas externas para la captura de video y foto.
Lo que esto quiere decir es que, aunque un repositorio de apps te las permita descargar, no ofrece las garantías de soporte a futuro, entre las que se encuentra la seguridad. No hay forma de estar seguro de que el APK almacenado en estas tiendas esté al día, cuente con los últimos parches o incluso funcione de manera correcta.
No hay garantía de que funcionen
Que un APK de Android esté en un repositorio de Android, no es garantía de que la app funcione de manera correcta. Si el dispositivo no cuenta con los servicios de Google (Ads, Location, GCM, Wearable, Places, entre otros) la aplicación puede no funcionar, incluso después de instalada. Esto es porque muchos de estos servicios necesitan de estas funciones para operar de la manera en la que fueron desarrolladas. Por ejemplo, Uber. La app solicita la información de Maps y Location para poder mostrar tu ubicación en el mapa al conductor y enviarla, no solo el GPS del celular. Por esto, incluso si instalas el APK, jamás podrás pedir un carro si no cuentas con los servicios de Google.
Sin actualizaciones
El mayor problema de descargar apps a través de estos métodos es que, si por alguna razón no cuentas con los servicios de Google en tu equipo, las apps no recibirán actualizaciones. Esto quiere decir que el APK por sí solo no te garantiza que la app esté al día o que cuentes con las mismas funciones que son integradas cada tanto a tu app favorita. A menudo te verás en la tarea incomoda de volver a necesitar instalar la app cuando la versión más reciente esté disponible, lo que requiere de borrarla y reinstalarla. Un ejercicio que no resulta para nada conveniente.
Imágenes: Google