Un equipo de científicos ha logrado un gran avance en la reparación de heridas, desarrollando piel bioimpresa que se asemeja bastante a la del ser humano. Los investigadores han observado que esta piel bioimpresa tiene la capacidad de acelerar la cicatrización de heridas. Además, logra dejar menos cicatrices en comparación con los métodos convencionales. Cuando sufrimos heridas o quemaduras, suele ocurrir que nuestra capacidad de curación se queda corta, pues no logra restaurar la apariencia de la piel completamente. Si bien los injertos han sido una solución hasta ahora, rara vez coinciden completamente con la piel natural.La tecnología de bioimpresión, que utiliza técnicas de impresión 3D para crear estructuras que se asemejan a tejidos, se ha convertido en una esperanza para superar estas limitaciones. Dicha bioimpresión se hace mediante la combinación de células vivas, nutrientes y materiales biológicos.
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En la investigación publicada en Science Translational Medicine, los científicos describieron el desarrollo de una piel bioimpresa única. En este estudio, se logró crear piel bioimpresa utilizando los seis tipos principales de células que habitan en este órgano. Esto se combino con hidrogeles especializados que funcionaron como “bio-tinta”. El resultado fue una mezcla que se asemeja a la piel humana con sus tres capas.El equipo de investigadores sometió esta piel bioimpresa a pruebas en ratones y cerdos con heridas. Los resultados fueron alentadores, ya que el producto impreso aceleró el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos y generó tejido más saludable que los injertos tradicionales. Esto condujo a una cicatrización de heridas mejorada y menos cicatrices.Anthony Atala, coautor principal y director del Instituto de Medicina Regenerativa Wake Forest, destacó la importancia de este avance al abordar el desafío clínico de curar completamente la piel. Aunque estos resultados son prometedores, se necesita más investigación, incluyendo ensayos clínicos en humanos, antes de que esta tecnología esté disponible para el público.Imagen: Wake Forest Institute for Regenerative Medicine