Bogotá se prepara para un cambio en su sistema de transporte con la llegada del primer bus impulsado por hidrógeno verde. A partir del segundo semestre de 2025, este vehículo comenzará a operar en la ciudad, marcando un avance hacia alternativas más limpias. La inversión en este proyecto alcanza los $22.000 millones, destinados a investigación, desarrollo e infraestructura.
El bus, ensamblado en Colombia, tiene capacidad para 50 pasajeros y puede recorrer hasta 450 kilómetros con una sola carga. Funciona con hidrógeno verde, un combustible que se obtiene a partir de fuentes renovables y no genera emisiones contaminantes. A diferencia de los buses diésel, esta tecnología reduce la huella ambiental, aunque enfrenta desafíos en costos y disponibilidad de infraestructura.
La producción del hidrógeno verde se realiza en la estación Green Móvil en Fontibón, mediante electrólisis con un electrolizador PEM capaz de generar más de 23 toneladas de hidrógeno al año. Este proceso, aunque eficiente, sigue siendo más costoso que la producción de combustibles fósiles, lo que plantea dudas sobre su escalabilidad en el corto plazo.
En comparación con los buses eléctricos de batería, los de hidrógeno ofrecen tiempos de recarga menores y mayor autonomía. No obstante, su tecnología aún está en desarrollo y requiere infraestructura especializada para el almacenamiento y distribución del hidrógeno, algo que Bogotá apenas empieza a explorar.
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El impacto ambiental es un punto clave. El bus no emite CO₂ ni material particulado, lo que representa un avance en la reducción de la contaminación del aire. Sin embargo, la generación de hidrógeno sigue dependiendo de la disponibilidad de fuentes renovables y de la eficiencia del sistema de producción, lo que podría limitar sus beneficios ambientales si no se garantiza un suministro 100 % verde.
Para la ciudad y sus habitantes, este proyecto representa una apuesta hacia una movilidad más sostenible, aunque con desafíos evidentes. El éxito de esta iniciativa dependerá de la expansión de la infraestructura de hidrógeno, su rentabilidad en comparación con otras alternativas y el compromiso del gobierno con la descarbonización del transporte.
El ingreso de este bus a TransMilenio es solo el inicio de una discusión más amplia sobre el futuro del transporte en Colombia. La pregunta que queda en el aire es si esta tecnología logrará consolidarse como una opción viable y sostenible, o si quedará como un experimento aislado en la búsqueda de alternativas limpias para la movilidad urbana.
Imagen: Alcaldía de Bogotá
