El presidente Gustavo Petro anunció este martes, desde el Polideportivo del barrio Bolívar 83 en Zipaquirá, el incremento del salario mínimo en Colombia para el año 2025. El aumento será del 9,5 %, lo que eleva la asignación básica mensual a $1’423.500, con un subsidio de transporte de $200.000, dejando el salario mínimo nominal en $1’623.500.
Esta decisión se tomó luego de semanas de negociaciones entre las centrales obreras y los gremios empresariales, quienes no lograron llegar a un consenso. Al igual que en 2024, el ajuste fue decretado directamente por el presidente. Este incremento beneficiará a aproximadamente 2,2 millones de trabajadores en Colombia, lo que representa cerca del 10 % de la población ocupada.
El presidente Petro justificó el aumento como una medida que responde a las necesidades económicas del país y a las condiciones inflacionarias proyectadas. Según explicó, la inflación de 2024 cerraría cerca del 5 %, mientras que la expectativa para 2025 ronda el 3 %. Esto implica un crecimiento real del salario del 6,5 %, lo que, en palabras del mandatario, significa “una mejora en el nivel de vida de los trabajadores que dependen del salario mínimo”.
Asimismo, destacó que su gobierno ha logrado aumentar el salario mínimo real entre un 30 % y 35 % en los últimos tres años, marcando un hito en términos de redistribución económica. Petro aseguró que esta política ha contribuido a sacar a millones de colombianos de la pobreza y la inseguridad alimentaria, un resultado que atribuye también a la reducción de la inflación en alimentos.
Reacciones divididas
El aumento ha generado opiniones encontradas. Los sindicatos y trabajadores celebraron el ajuste como una conquista que mejora el poder adquisitivo y dignifica las condiciones laborales. Sin embargo, desde el sector empresarial, los gremios han expresado preocupación por los efectos económicos que podría tener.
Jaime Alberto Cabal, presidente de FENALCO, advirtió que el incremento pone en riesgo la viabilidad de pequeñas y medianas empresas, y podría fomentar la informalidad laboral. “Este aumento impactará negativamente la generación de empleo formal y la estabilidad de muchas empresas”, afirmó.
Por su parte, Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, calificó la medida como “populista”, asegurando que podría traer consecuencias negativas a largo plazo para la economía, especialmente para los sectores más vulnerables.
Impacto en la economía y el empleo
Los expertos señalan que, aunque el aumento busca equilibrar el poder adquisitivo, podría presionar al alza la inflación en sectores como alimentos y servicios. Javier Díaz, presidente de Analdex, subrayó que el incremento podría ralentizar la reducción de las tasas de interés y dificultar la estabilización económica.
A pesar de las críticas, Petro sostiene que el crecimiento del salario mínimo no es un obstáculo para la economía. Según el mandatario, “no es con trabajadores esclavos como crece un país, sino con trabajadores dignificados”. También destacó que, si se aprueba la reforma pensional, cerca de tres millones de personas mayores de 70 años podrían beneficiarse con pensiones.
¿Cómo ha aumentado?
El salario mínimo ha tenido incrementos variados en las últimas décadas, con aumentos significativos en los últimos años. En 2023, el ajuste fue del 16 %, el más alto en la historia reciente, y en 2024, del 12 %. Este crecimiento responde a un intento por equilibrar los ingresos frente al costo de vida y a las presiones inflacionarias.
Año Salario mínimo Incremento Acuerdo
2025 $1’423.500 9,5 % Decreto
2024 $1’300.000 12 % Decreto
2023 $1’160.000 16 % Consenso
2022 $1’000.000 10 % Consenso
De acuerdo con el gobierno, el aumento del salario mínimo para 2025 es una decisión que busca impactar positivamente a los trabajadores, pero que también plantea retos económicos significativos. La tensión entre la mejora del poder adquisitivo y los riesgos inflacionarios refleja las complejidades de encontrar un balance entre justicia social y sostenibilidad económica.
Por ahora, el reto principal será garantizar que este incremento realmente impulse el bienestar de las familias colombianas, sin comprometer la estabilidad de las empresas ni el empleo formal en el país.
Imagen: Andrzej Rostek