El aumento del 36% en la tarifa del gas natural en Colombia a partir de febrero ha generado preocupación entre los usuarios. El recibo pasaría de 38 mil a 52 mil pesos. Esto se debe a cambios en la oferta de suministro, particularmente a la incorporación de gas importado en la canasta de abastecimiento, según explicó John Jairo Contreras, vicepresidente de Grandes Clientes de Vanti ESP.
Hasta el 30 de noviembre de 2024, Colombia contaba con un portafolio de contratación que garantizaba la demanda de gas. Sin embargo, algunos contratos expiraron y al renovarlos, la única fuente disponible fue gas importado, que es más costoso. “Arrancamos en una medida importante a partir del primero de diciembre; es decir, ese gas importado se vuelve estructural en un porcentaje elevado, un 30% de la demanda residencial y comercial”, indicó Contreras.
A pesar de que el Ministerio de Minas y Energía ha afirmado que hay suficientes recursos nacionales para cubrir la demanda, Contreras señaló que la realidad comercial es distinta. “Hemos encontrado que de esas fuentes declaradas como disponibles, o son contratos interrumpibles que no nos sirven porque no hay certeza de continuidad, o no están interconectados al Sistema Nacional de Transporte, por lo que no se pueden usar”, explicó.
Costos adicionales en la tarifa
Ahora bien, el gas importado no solo es más costoso por su precio base en el mercado internacional, sino también por los costos de transporte. “Antes traíamos gas desde el pie de monte llanero a Bogotá, una distancia de 350 kilómetros. Ahora debemos traerlo desde Cartagena, llevarlo hasta La Guajira y de allí a Bogotá, un recorrido de aproximadamente 1.500 kilómetros. Entre mayor distancia, mayor es el costo de transporte”, explicó Contreras, quien sugirió que una solución podría ser una “estampilla nacional de transporte” para mitigar el impacto en las tarifas.
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El impacto de este aumento podría extenderse en el tiempo. Según Contreras, entre 2025 y 2030 se mantendrá la necesidad de importar gas, hasta que entren en producción los recursos “offshore” descubiertos por Ecopetrol. “Mientras tanto, lo que estamos viviendo es una cobertura con gas importado que va a ser mayor”, indicó.
Sobre la posibilidad de que las tarifas sigan aumentando, advirtió que el panorama podría empeorar. “Los expertos del sector nos han dicho que vamos hacia un déficit de gas más grande en 2026. Si apenas estamos arrancando con un déficit pequeño y vamos hacia uno mayor, quiere decir que las tarifas podrían subir mucho más en los próximos meses”, indicó.
¿Cómo afectará a los usuarios?
Para un usuario de estrato 3 en Bogotá, que consumía 10 metros cúbicos de gas y pagaba 38.000 pesos mensuales, la factura subirá a 52.000 pesos en febrero. Si el consumo promedio es de 15 metros cúbicos, la factura podría acercarse a los 90.000 pesos.
El aumento afecta al mercado regulado (residencias, comercios y pequeñas industrias), pero no a la gran industria ni al sector de movilidad, que tienen contratos previos vigentes hasta noviembre de 2025.
¿Hay soluciones a corto plazo?
Según Vanti, la clave está en ajustar la regulación y fortalecer la infraestructura de transporte de gas. “Lo que necesitamos es una nueva planta de regasificación, robustecer los sistemas de transporte y generar mecanismos de compra de gas importado para compensar los mayores costos”, explicó Contreras.
En cuanto a la reciente decisión de Ecopetrol de liberar gas de los campos Cusiana y Cupiagua para la comercialización en 2026, Vanti consideró que es insuficiente. “Nosotros, como industria, veníamos solicitando que se anticipara este proceso. No lo veremos este año, sino en 2026”, dijo Contreras.
Por ahora, el aumento del 36% en la tarifa de gas natural no tiene reversa. La posibilidad de reducir los costos depende de cambios regulatorios y proyectos de infraestructura que podrían tardar varios años en materializarse.
Imagen: Archivo ENTER.CO