Luna, la llama que cayó en el Centro de Bogotá, se está recuperando: desata debate sobre maltrato animal

llama

El reciente desplome de Luna, una llama utilizada como atractivo turístico en el centro de Bogotá, ha encendido una fuerte discusión sobre el uso de animales en actividades comerciales. El incidente, registrado en un video viral en redes sociales, ocurrió el pasado 24 de diciembre frente a la Biblioteca Luis Ángel Arango. En las imágenes, se observa al animal desplomarse mientras era conducido por su propietario; el rumor de que la llama había muerto se extendió rápidamente, afortunadamente las autoridades aseguraron que Luna sigue con vida. 

La respuesta de las autoridades

Tras el incidente, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA) realizó una intervención para evaluar el estado de salud de Luna. El organismo confirmó que la llama sigue con vida y se encuentra bajo observación médica. Además, otro ejemplar utilizado en actividades similares fue revisado para determinar su estado. Ambos animales permanecen en evaluación para esclarecer si sufrieron condiciones de explotación o maltrato.

 

Por su parte, el Instituto Distrital de Turismo (IDT) anunció la conformación de una mesa técnica interinstitucional para revisar la normativa relacionada con el uso de animales en actividades turísticas, buscando reforzar la protección y el bienestar de estas especies.

¿Hay leyes en Colombia que protejan a los animales?

En Colombia, la Ley 1774 de 2016 reconoce a los animales como seres sintientes, diferenciándolos de las “cosas” y estableciendo sanciones por maltrato animal. Entre las disposiciones de esta ley se incluye la obligación de brindarles condiciones de bienestar, alimentación adecuada y cuidado médico. Sin embargo, su implementación ha enfrentado desafíos, y casos como el de Luna evidencian la necesidad de una mayor vigilancia y cumplimiento.

 

En Bogotá, el Código de Policía también contempla sanciones por maltrato animal, que van desde multas económicas hasta la incautación de los animales involucrados. Estas normativas buscan prevenir casos de abuso y garantizar el respeto por la vida animal, pero activistas señalan que aún queda mucho por hacer en términos de educación ciudadana y aplicación de las leyes.

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El futuro de Luna y su compañero dependerá de los resultados de las evaluaciones veterinarias y las decisiones que adopten las autoridades locales. Las investigaciones continúan para determinar si hubo negligencia por parte del propietario y, de ser el caso, podrían imponerse sanciones legales.

 

Este caso ha reavivado el debate sobre el uso de animales en actividades humanas y la necesidad de un mayor compromiso colectivo para garantizar su bienestar. Luna, más que un simple atractivo turístico, se ha convertido en un símbolo del llamado urgente por políticas más efectivas y una convivencia más ética entre humanos y animales.

Imagen: Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal

Alejandra Betancourt

Alejandra Betancourt

Dicen que una buena manera de viajar es a través de la lectura, a mí me gusta navegar entre las letras y construir también mis propios trayectos. Me interesa que todos sepamos lo que sucede en el mundo, así que estudié Comunicación Social. Actualmente y con el propósito de escribir mis cuentos y próximas novelas, estudio Creación Literaria.

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