El Secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, ordenó el cierre de la sección de visados en la embajada de Estados Unidos en Bogotá a partir del lunes 27 de enero; como respuesta a la negativa del presidente colombiano Gustavo Petro de recibir dos vuelos con migrantes colombianos deportados desde Estados Unidos.
Esta decisión se anuncia, tras el rechazo del mandatario colombiano de aceptar la llegada de los aviones militares estadounidenses con 160 colombianos deportados, lo que generó una crisis diplomática. La deportación había sido previamente acordada entre ambos países, bajo un protocolo que involucraba vuelos semanales con migrantes colombianos en situación irregular.
Sin embargo, Petro alegó que los migrantes no debían ser tratados como “delincuentes” y desautorizó el ingreso de los vuelos militares, exigiendo que las deportaciones se realizaran en aviones civiles y bajo protocolos que respetaran los derechos de los migrantes.
En respuesta, el Departamento de Estado de EE. UU. suspenderá indefinidamente los servicios de visado en Bogotá, lo que afecta a todos los colombianos con citas programadas, independientemente de la urgencia de sus trámites. La medida ha provocado incertidumbre entre aquellos que necesitan visas para estudiar, trabajar o visitar familiares en EE. UU.
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El conflicto también resalta las tensiones en torno a las políticas migratorias de EE. UU., que incluyen la deportación de migrantes en condiciones que muchos consideran inhumanas. Petro, por su parte, reiteró en sus declaraciones que Colombia solo aceptará la llegada de sus nacionales en vuelos civiles y con un trato digno.
Por ahora, las autoridades colombianas no han hecho un pronunciamiento oficial sobre las implicaciones de esta situación, aunque el gobierno ha solicitado una asamblea extraordinaria de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) para discutir el tema de la migración y las políticas sobre el tráfico de drogas.
Este cierre de la sección de visados y la advertencia de más medidas por parte de EE. UU. reflejan el deterioro de las relaciones entre ambos países, con el trato a los migrantes como punto central de la disputa. Los ciudadanos colombianos, que dependen de las visas para poder viajar a Estados Unidos, se encuentran ahora en una situación incierta mientras se resuelve este conflicto diplomático.
Imagen: Embajada EE. UU.
