Generalmente, cuando vas a comprar algo en un establecimiento donde pagas con tarjeta, la persona de la caja pregunta: ¿ahorros o corriente?, la mayoría de personas responden siempre: ahorros. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre una cuenta corriente y una de ahorros y por qué la mayoría tiene cuenta de ahorros?
Cuenta de ahorros
Esta cuenta es la más común porque es la más útil para las personas naturales, además de ser la más sencilla de adquirir. Gracias a los canales digitales que tienen actualmente los bancos, los usuarios pueden abrir en línea, una cuenta de ahorros tan solo con demostrar que tiene 18 años. Está dirigida a las personas naturales.
Los consumidores financieros pueden guardar su dinero de manera segura y retirar a corto plazo, cuando deseen. En la práctica, estas cuentas generan cierta rentabilidad mensual, según las políticas de la entidad financiera y las tasas que manejan para cada producto.
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Cuenta corriente
La característica principal de una cuenta corriente es que los usuarios disponen de dinero de manera inmediata. Esto porque cuentan con un cupo de sobregiro para disponer del dinero que necesiten aun cuando no lo tengan en su cuenta. Es por esto que los clientes de cuentas corrientes utilizan chequera además de tarjetas.
En la mayoría de entidades bancarias existen dos requisitos para adquirir una cuenta corriente: ser mayor de edad (18 años) y demostrar los ingresos salariales. Eso sí, a este tipo de cuenta no solo podrán acceder las personas naturales, sino también las jurídicas. De hecho, estas cuentas son usadas por muchas empresas para realizar el pago de la nómina.
La respuesta es clara: los usuarios utilizan, en gran mayoría, cuenta de ahorros porque es la más precisa para los movimientos que realiza una persona natural. Allí, las empresas donde trabajan pueden depositar el salario mensual y los consumidores financieros disponer de ese dinero cuando lo necesiten. No solicitan “créditos” por medio de cupos de sobregiro que sí tiene la cuenta corriente, sino que solo utilizan el dinero que tienen en sus cuentas.
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