¿Recuerdan esas pistas de carros eléctricas que nos regalaban nuestros papás cuando pequeños? Durábamos horas armando y desarmando cada curva con el fin de competir con nuestros hermanos. La idea era hacer el mayor número de vueltas sin salirnos de la pista. Cuando el carro no arrancaba, ajustábamos la escobilla que tenía debajo ¡y listo! Volvíamos a ajustar el vehículo en el riel correspondiente, para reiniciar la competencia.
Algunas pistas terminaban rotas; otras, archivadas con polvo y muy pocas seguirán siendo utilizadas por sus dueños. Este último es el caso de Roby Speed Race, un club de competencias nacionales que forma pilotos expertos en conducir diferentes autos de carrera en una exigente pista con curvas muy cerradas. Puede sonar infantil el asunto, pero la realidad es que esta actividad puede considerarse un deporte de alto rendimiento.
Si piensan que pilotear un vehículo de estos es solo “presionar y soltar un gatillo”, están equivocados. En mi caso, he piloteado en esta pista durante un año. He pasado por diferentes categorías, entre las que se encuentran Amateur y Pro. Me falta la categoría Maestros, pero aún necesito más tiempo para entrenar.
En las categorías Amateur y Pro hay diferentes vehículos para pilotear. Desde un Audi último modelo, hasta un monoplaza de la Fórmula 1 y una tractomula de competencia. Dependiendo de las habilidades que vaya desarrollando el piloto, podrá cambiar de vehículo. Pero para explicar más sobre este mágico mundo hablamos con Carlos Robayo, uno de los fundadores del Club Roby Speed Race.
Autos de carrera en Bogotá
El club nació hace cuatro años y medio. Su objetivo es entrenar a pilotos nacionales para que compitan en slot (es decir, sobre riel) a nivel internacional. La referencia del club es la familia y eso salta a la vista cuando se visita la pista. Para competir no hay una edad máxima. Por lo tanto, los niños pequeños pueden ir a competir junto a sus papás o abuelos. Es más, la mamá de Carlos es la propietaria y él es uno de los integrantes del equipo del club, lo que fortalece ese concepto en un ambiente lleno de autos de carrera y competencia sana.
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Sin embargo, la competencia tiene reglas que la convierten en algo más que un simple juego. “Nosotros intentamos hacer las reglas de las competencias lo más estrictas posible para que los carros de competencia tengan la misma potencia y rendimiento. Estas normas vienen de clubes europeos que ya tienen clara la normatividad y por eso las usamos para nuestras competencias de pilotos profesionales y maestros”, nos contó Carlos.
Categorías de competencia
Amateur
Este es el nivel en el que todos los pilotos inician. Generalmente, utilizan los autos de carrera disponibles del club para comenzar a aprender y desarrollar sus habilidades. Estos vehículos tienen configuraciones básicas que, dependiendo del modelo, pueden empezar a exigirle ciertas habilidades al corredor. Los motores de los vehículos van de 16 mil a 18 mil revoluciones por minuto. Tiene una relación estándar entre corona y piñón de fábrica. Las llantas son de compuesto duro de alta durabilidad.
Profesional
Los pilotos ya compran su carro y comienzan a hacerle modificaciones para mejorar el rendimiento. A su vez, el piloto adquiere nuevas habilidades con su vehículo modificado. Los motores de los vehículos van de los 20 mil a 29 revoluciones por minuto. Tienen un amplio catálogo de marcas de motores y la relación de corona-piñón varía dependiendo las curvas de la pista. Las llantas son de compuesto blando para mayor agarre en pista y evitan el derrape continuo. El cableado interno para transmisión de corriente al motor y la escobilla ya son de competencia.
Maestros
Esta categoría está conformada por los pilotos más expertos y habilidosos. Manejan vehículos con programaciones a otro nivel. Por ejemplo, los carros ya no tienen imán, por lo que son más libres. Utilizan suspensión, el motor varía conforme la pista en la que se vaya a competir, pero ninguno supera las 25 mil revoluciones. El tipo de llanta tiene que ser bastante blando para mayor agarre y la suspensión depende del tipo de resorte y de la marca del carro.
En cuanto a la relación corona-piñón, debe ajustarse para que no acelere en exceso y sí frene en las curvas. La escobilla es de alta competencia, por lo que es más blanda y más suave, para que no interfiera en el levante de la parte delantera del vehículo. El tipo de llanta delantera es de baja fricción para que no roce tanto con la pista y tenga más equilibrio. También cuentan con tornillos de calibración.
Próximas competencias
En noviembre habrá dos competencias. La primera es la Válida de duración tipo Le Mans. Será de ocho horas y competirán cuatro equipos con autos de carrera de referencia LMP. Lo que va a variar será el tipo de motor y las llantas, que los entrega la organización. Cada piloto puede variar su vehículo en relación corona-piñón y suspensión. No se puede agregar peso y el vehículo debe venir original, como viene de fábrica. “Esta competencia es una de las más exigentes del calendario anual. Aquí entra en juego el trabajo en equipo, la resistencia y las ganas de querer la competencia”, aclaró Robayo.
A finales del mes será el cierre del calendario con la Válida nocturna. Esta competencia exige que todos los carros tengan sus propias luces, ya que se apaga la iluminación del club y se encienden únicamente las de la pista. “Es un verdadero espectáculo y es la preferida por los pilotos, ya que es diferente. Esta es una categoría libre, así que pueden participar todo tipo de autos de carrera bajo un reglamento que está en construcción por el momento”, concluyó.
Imágenes: Roby Speed Race.