Científicos del Grupo de Investigación en Procesos Agroindustriales (GIPA), de la Universidad Nacional de Colombia desarrollaron bioplástico o plástico natural con harina de semilla de aguacate y extracto de remolacha.
De acuerdo con la agencia de noticias UNAL, este tipo de plástico se utilizaría en envolturas biodegradables que podrían proteger o separar alimentos, con lo que se reduce el impacto ambiental y se abren nuevas posibilidades frente al uso de plásticos derivados del petróleo en diferentes aplicaciones industriales.
La investigadora, Laura Leguizamón Cardona, magister en Ingeniería Agroindustrial, quien lideró el proyecto, explica que uno de los resultados más importantes es la sensibilidad del pH en las envolturas con extracto de remolacha, porque contienen betalaínas que le permiten actuar como bioindicador colorimétrico, ya que es estable a niveles ácidos, y cuando este cambia, el color de la película también lo hace. “Esto implica que cuando el alimento se esté degradando, las películas van a cambiar de color”.
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Entre tanto, la profesora Margarita María Andrade Mahecha, integrante del GIPA, afirma que Leguizamón se basó en la formación de envolturas biodegradables obtenidas a partir de una solución que contenía agua, almidón, glicerina, celulosa y extracto de remolacha sometida a secado en superficies antiadherentes. Las películas se evaluaron en términos de propiedades mecánicas, barrera a la luz y solubilidad en agua.
“El uso de la harina de semilla de aguacate en la fabricación de estos ‘films’ biodegradables tiene importantes efectos en sus propiedades, relacionados con las interacciones moleculares entre almidón, proteínas, lípidos y fibras”, explica la académica, adscrita a la Facultad de Ingeniería y Administración.
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En estudios anteriores realizados por el GIPA se evidenció que después de deshidratar, moler y tamizar la semilla del aguacate, su contenido de proteína es de alrededor del 3,7 %, es buena fuente de fibra soluble e insoluble (19 %) y es rica en almidón con más de 60 %. “Un compuesto interesante para quienes exploran fuentes renovables de polímeros”, destaca la profesora Mahecha.
El siguiente paso en este proyecto será someter el material obtenido a pruebas en contacto con alimentos para evaluar su eficacia en la protección contra la luz y la oxidación, en especial en productos cárnicos u otros con alto contenido de lípidos o grasas.
Estas investigaciones han allanado el camino para explorar fuentes naturales de compuestos antioxidantes y antimicrobianos, entre ellos extracto de remolacha, oleorresina de clavo, pimienta negra, nuez moscada, aceite esencial de ajo, orégano y cúrcuma, entre los trabajos más recientes.
Imagen: Agencia UNAL