El objetivo del chip es comprender mejor los efectos de las bacterias en la salud vaginal, y desarrollar nuevas herramientas terapéuticas para curar la vaginosis, una infección microbiana común que afecta el 30 % de las mujeres en etapa reproductiva. Conozca más detalles de este avance de la medicina.El Instituto Wyss de la Universidad de Harvard aporta uno de los equipos de bioingenieros para esta investigación. El modelo creado de “vagina en un chip” utiliza células cultivadas donadas dentro de chips de caucho de silicona para imitar características claves del microbioma vaginal.Esta tecnología podría ayudar a comprender mejor los efectos de las comunidades bacterianas y llevaría a los científicos al desarrollo de nuevas herramientas terapéuticas para la vaginosis bacteriana, una infección microbiana común que afecta a nivel mundial alrededor del 30% de las mujeres en edad reproductiva, entre los 15 y los 44 años.“Uno de los principales obstáculos era que no existían buenos modelos preclínicos que pudieran utilizarse para estudiar qué terapias pueden tratar realmente la vaginosis bacteriana en tejidos humanos. El proyecto de nuestro equipo consistía en crear un chip de vagina humana para contribuir al desarrollo y ensayo de nuevas terapias contra la vaginosis bacteriana”, explicó Aakanksha Gulati, coautora del estudio.La vaginosis bacteriana aumenta el riesgo de infecciones de transmisión sexual y el riesgo de parto prematuro en el embarazo. Puede tratarse con antibióticos, pero puede reaparecer y dar lugar a complicaciones graves.
Chip imita el entorno del tejido vaginal
Se trata del modelo de laboratorio más realista del órgano sexual femenino conocido hasta la fecha. El estudio publicado en la revista Microbiome, revela una solución “revolucionaria” al problema en forma de un nuevo chip que imita el entorno del tejido vaginal humano, incluidas sus comunidades de microbios, y la interacción entre los niveles cambiantes de hormonas de estrógeno y las bacterias.El chip está formado por el epitelio vaginal humano y las células del tejido conjuntivo subyacente. Fue construido sembrando el canal superior de un chip de polímero con células epiteliales vaginales humanas, y los investigadores le añadieron células de fibroblastos uterinos humanos que contribuyen a la formación de tejido conjuntivo.Con esta configuración, los investigadores pudieron reproducir la disposición tridimensional de la pared vaginal humana. Los investigadores tuvieron éxito cuando se introdujo una forma de la hormona sexual estrógeno, ya que las células del chip cambiaron en respuesta, lo que indicaba que era sensible a las hormonas.También se incorporaron diferentes bacterias beneficiosas, comprobando que las células epiteliales se mantuvieron sanas y produjeron menos moléculas proinflamatorias. En cambio, cuando los científicos introdujeron bacterias nocivas, estas provocaron que las células epiteliales se dañaran, aumentando los niveles de citoquinas proinflamatorias y el pH.“Fue muy sorprendente que las distintas especies microbianas produjeran efectos tan opuestos en las células vaginales humanas, y pudimos observar y medir esos efectos con bastante facilidad utilizando nuestro Chip de la Vagina”, explicó Abidemi Junaid, coautora del estudio.
Imagen: microbiomejournal