Transportarse en ciudades como Bogotá, Sao Paulo o Ciudad de México es cada vez una tarea más complicada. A los problemas de tráfico toca sumar la contaminación –y los pocos que se arriesgan a comprar un carro eléctrico para contribuir con este acto a la disminución de CO2– después se ven enfrentados al dilema de los puntos de recarga.
Para tratar de solucionar este problema, un grupo de científicos en Alemania ha desarrollado una alternativa bastante innovadora: asfalto magnético. Este asfalto se basa en la tecnología de recarga inductiva, es decir, en la transferencia de electricidad a través de ondas que llegan a las máquinas o dispositivos que necesitan recargarse, mediante una superficie o una base provista de campos electromagnéticos.
En el caso del asfalto magnético se trata de cemento con ferritas (un material muy usado en la fabricación de imanes), las cuales tienen propiedades magnéticas que permiten que el carro eléctrico se cargue cuando entra en contacto con ellas.
De acuerdo con el colombiano Mauricio Esguerra, CEO de Magment: “Desde hace más de 8 años venimos trabajando en un cemento magnético, cuya composición no se parece a las mezclas de cemento que comúnmente encontramos en el mercado. Este cemento es 90 por ciento ferritas y 10 por ciento arena, piedra y otros elementos, lo cual permite que los carros se carguen de verdad”.
¿Cómo lo hacen?
La aplicación del asfalto magnético en las vías de las ciudades implica que los carros tengan bovinas con campos magnéticos. De esta forma, lo que se hace es implementar porciones (tramos) de asfalto magnético cada 300 metros –en el carril lento de las avenidas– que incluyen campos de 350 kilovatios y van señalizados.
Después de cuatro tramos, el carro queda totalmente cargado así sólo tenga un 5% de batería.
Magment –de hecho- ha establecido una alianza con cementos Argos para tener una planta local de producción de asfalto magnético, que incentive el uso de esta tecnología en Bogotá y otras ciudades del país. Según Esguerra, “la idea es convertirnos muy pronto en una solución para los problemas de movilidad y contaminación de la ciudad, teniendo en cuenta por ejemplo que una tonelada de cemento con ferritas posee una vida útil bastante larga, lo cual le ahorra costos a las ciudades y además las ubica en una posición destacada, cuando el objetivo es cuidar el medio ambiente”.
¿Por qué es pertinente este tema?
Con la puesta en marcha de la Ley Fabric, la Unión Europea busca generar el escenario propicio para habilitar cuando antes este tipo de tecnologías en todas sus ciudades.
Informes como el ‘Índice de Electromovilidad’ –elaborado por Roland Berger y la Sociedad de Investigación de Asuntos de Automoción– analiza la posición competitiva de las siete principales economías de automoción, (China, Francia, Alemania, Italia, Japón, Corea y los Estados Unidos) en relación con la movilidad eléctrica.
Según este informe, Japón es el líder en la penetración de la movilidad eléctrica para el mercado del transporte. Esto se debe principalmente al menor costo de los vehículos eléctricos en Japón, en comparación con los otros países. Además, la infraestructura de carga es más madura en Japón, mientras que en Europa la falta de infraestructura, interoperabilidad y normalización dificulta la adopción a gran escala de la movilidad eléctrica.
Londres es una de las ciudades europeas que más ha avanzado en este tema, razón por la cual hace poco publicó un estudio que demuestra la viabilidad de esta tecnología en las carreteras inglesas, y los planeas futuros para implementarla en todas sus vías.
Imagen: David Megginson (Vía Flickr)
Excelente iniciativa, ojala se implemente pronto