Creo que esto no lo cuentan mucho en los colegios, pero resulta que en 1875 se reunieron 17 estados y firmaron un acuerdo para establecer un sistema estandarizado de medidas internacional. Como parte de ese sistema, en 1889 se definió que un cilindro formado por 90% de platino y 10% de iridio sería la medida estándar de un kilogramo.
El objeto, llamado Le Grand K (La gran K), se guardó desde entonces en una bóveda de triple bloqueo ubicada en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas, ubicada en Sèvres, cerca de París, en Francia. Esta era la última medida que se definía por medio de un objeto que servía de prototipo internacional, hasta este lunes 19 de mayo, cuando se anunció que Le Grand K ya no definirá el kilogramo, según Motherboard.
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Como se explica en un extenso comunicado emitido por la Oficina Internacional de Pesos y Medidas, ahora el kilogramo será definido por la constante de planck, una constante de la naturaleza internacionalmente aceptada por la comunidad científica, asociada a la energía de los fotones, que se mide en julios por segundo y no puede fluctuar.
Mi viejo kilo ya no es lo que era…
Así, pues, el kilogramo pasa a ser definido por propiedades físicas y atómicas, y no por un viejo cilindro, que sufrió algunas alteraciones físicas que modificaron su peso, presumiblemente por las partículas de aire. Ahora se establece que un kilogramo es igual al peso de 1.4755214 x 1040 fotones (o 6,626 x 10−34 julios por segundo en la constante de Planck), con una frecuencia que coincide con un reloj atómico de cesio, que es mucho más preciso que Le Grand K.
Si no entendiste nada, no te preocupes. Para ti un kilo de arroz seguirá siendo un kilo de arroz. Este cambio no afectará a la compra del mercado del mes. Realmente esta redefinición afecta a los científicos que necesitan de mediciones extremadamente precisas. Por ejemplo, los farmacólogos, que requieren de medidas exactas de los componentes de un medicamento.
Imágenes: Wikipedia y Stefan Rotter (vía: iStock).