Un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois pudo conectar un sistema de esqueleto y músculos creados a partir de células vivas con un robot impreso en 3D. Los músculos del robot se mueven por la energía que les da la luz, como lo informó Popular Science. Esta es la primera vez que se hace un sistema que use células de músculos y la luz para mover a un robot. El equipo de científicos publicó hoy lunes su reporte en la revista PNAS.
En los últimos años, los científicos han experimentado con mezclar materiales biológicos y robóticos. Según ellos argumentan, los materiales biológicos ayudan a los robots en situaciones en las que deben adaptarse rápidamente ante condiciones repentinas. Esta tecnología tiene aplicaciones médicas como distribución de medicamentos no invasiva e implantes.
Para simular las conexiones de los músculos con los tendones que tiene el cuerpo humano y la forma en la que funcionan juntos, los investigadores crearon un esqueleto impreso en 3D que podría soportar todo el sistema.
Luego, los científicos programaron las células musculares para que se activaran en presencia de la luz. El equipo construyó esas células en anillos de diferentes grosores alrededor del esqueleto impreso en 3D. La estructura del robot pudo moverse igual que un cuerpo humano mediante la habilidad de las células de moverse en dirección a la fuente de luz.
El equipo de investigadores quería hacer al robot lo más fuerte posible, y por eso intentaron distintas combinaciones de esqueletos y grosores de los anillos musculares y los ejercitaron a diario para que se fortalecieran. Los científicos descubrieron luego que los anillos delgados funcionaban mejor porque permitían que los nutrientes llegaran mejor a los músculos. En el proyecto también se midió la cantidad de proteínas motoras llamadas miosinas. Esto lo hicieron usando un algoritmo para correlacionar su concentración con la fuerza física.
Uno de los autores del proyecto, Rashid Bashir, dijo que este es un diseño mucho más flexible que intentos anteriores. Además, con los anillos musculares se pueden conectar dos articulaciones cualquiera, o extremidades del esqueleto impreso en 3D. Bashir explicó que con este logro se podrían construir otros sistemas más complejos, que puedan tener otras aplicaciones médicas o mecánicas.
Imagen: Ociacia (vía Shutterstock).
Por qué las notas más interesantes siempre las publica Susana Angulo?
Porque es la “practicante” y viene a darnos una bocanada de aire fresco.
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