Mi gusto por la astronomía no se detiene, así que hoy quiero hablarles de las sorpresas astronómicas que nos trae 2017, empezando por febrero. El calendario astronómico de este año viene cargado de un Eclipse Penumbral de Luna y un Eclipse Central Total de Sol, que algunos colombianos -en ciertas regiones del país- tendrán la oportunidad de presenciar.
Pero en total, desde la Tierra, se podrá disfrutar de un grupo de cuatro eclipses: dos de ellos ocurrirán en febrero y los otros dos serán en agosto. El primero es un fenómeno poco frecuente, y que fue incluido en el calendario astronómico como un evento destacado: el Eclipse Penumbral Total de Luna, que consiste en la Tierra interponiéndose entre el Sol y la Luna, y proyectando una sombra sobre la Luna. Se trata de un eclipse total y no parcial, debido a que en su máximo punto el disco lunar quedará completamente sumergido en la penumbra generada por nuestro planeta.
El evento iniciará sobre las 10:30 p.m. del viernes 10 de febrero, con su pico a las 12:00 p.m., y terminando alrededor de las 3:00 a.m. del sábado 11 de febrero. En Europa y Asia será visible por completo, mientras que en América será parcialmente visible, razón por la cual los expertos recomiendan dirigirse a lugares con baja contaminación lumínica y edificios bajos.
Un dato curioso: pocas horas después del eclipse, el cometa 45P regresará a la Tierra tras 5 años desde su última aproximación y el sábado 11 de febrero será el día que más cerca esté de nuestro planeta.
El segundo fenómeno es el evento astronómico más esperado del año, al punto de que la Nasa creó un sitio web solo para hablar de este: el Eclipse Central Total de Sol. Aquí, la Luna pasará entre el Sol y la Tierra bloqueando por completo al Sol, lo cual sólo ocurre cuando hay Luna Nueva y si hay total alineación entre el Sol y la Luna, desde la perspectiva de la Tierra. Este evento ocurrirá el lunes 21 de agosto y será visible por completo en Norte América y parcialmente visible para Centroamérica, norte de Suramérica y parte de África y Europa. En su máximo punto (que se estima podría estar sobre el estado de Illinois, Estados Unidos) se podrá ver al Sol totalmente eclipsado por la Luna durante aproximadamente 2 minutos y 40 segundos.
Otro dato curioso: la cantidad de tiempo que dura un eclipse solar puede oscilar entre unos segundos y un máximo de siete minutos y medio, a medida que la umbra (sombra) se mueve a lo largo del ‘camino de la totalidad’. Por su parte, los eclipses lunares totales pueden durar hasta una hora y 45 minutos; algunos se extienden hasta 6 horas, si añadimos el tiempo que le toma pasar a través de la región de penumbra.
Los otros eclipses que tendrán lugar este año son un Eclipse Central Anular de Sol, el 26 de febrero, visible en el sur de Suramérica, sur de África y en la Antártida; y un Eclipse Parcial de Luna el 7 de agosto, que podrá verse en Europa, Asia, Oceanía y parte de Brasil. En el sitio web de la Nasa también podrás consultar los mapas de trayectorias de eclipses de la Nasa hasta 2020, y hasta 2040.
Normas de seguridad para ver eclipses
Las normas varían según el tipo de eclipse
(si es de Sol o de Luna). No obstante, puedes seguir las siguientes recomendaciones generales:
– Si vas a observar un eclipse de Sol, usa un filtro solar en tu equipo de observación: Recuerda que el filtro debe encajar perfectamente con la marca y el tipo de equipo, ya que el destello más breve de luz solar puede dañar tu vista. Los filtros solares están disponibles para todos los equipos de observación (cámaras, binoculares y telescopios).
– Revisa el pronóstico del tiempo: El clima incide en la visualización de un eclipse, debido a nubes o la posibilidad de lluvia. Este pronóstico también te servirá para vestirte adecuadamente para el eclipse. Si es invierno y vas a ver un eclipse lunar, debes abrigarte.
– Visita previamente el lugar en donde vayas a ver el eclipse: Si vas a ir a un sitio con una vista despejada, visítalo antes del eclipse, ya que la idea es que elijas un espacio con una buena vista del horizonte para permitirte observar las sombras que se acercan o alejan.
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