Durante muchos años he sostenido que la vida extraterrestre es posible. No lo digo en referencia a las versiones cinematográficas ni hablo de invasiones o teorías conspirativas, sino de vida, en cualquiera de sus formas, menos o más evolucionadas que nosotros. No es algo ilógico, la vida en la Tierra se dio por una serie de casualidades que crearon un lugar habitable y que podrían repetirse en un espacio tan vasto como el Universo, lleno de galaxias, soles y planetas.
Claramente los científicos piensan muy similar, porque durante muchos años han estado buscando un planeta con condiciones similares al nuestro, donde la vida fuera posible. Esa búsqueda se ha hecho en las cercanías, como en Marte, y en otros sistemas solares, explorando exoplanetas en nuestro Universo observable.
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Parte de ese incansable trabajo por buscar planetas lo hace Carmenes, un espectógrago de infrarrojo y luz visible, que busca exoplanetas desde un telescopio de 3,5 metros, ubicado en el Observatorio de Calar Alto, en Almería (España). Para lograrlo usa la técnica doppler con la que detecta el movimiento hecho por los planetas alrededor de su estrella, como se explica en la página del Centro Astronómico Hispano-Alemán.
De esta forma, lograron descubrir dos planetas con masas similares a la Tierra y potencialmente habitables, que giran en torno a la estrella Teegarden, una antigua enana roja ubicada en la constelación de Aries, a unos 12 años luz de nuestro planeta, lo que, en términos planetarios, la ubica como una de las más cercanas, de acuerdo con el sitio web de Planetary Habitability Laboratory (PHL).
Pese a la cercanía, y debido a que es una de las enanas rojas más pequeñas que se conocen y a que posee un bajo brillo, Teegarden no fue descubierta sino hasta 2003. Este sol tiene una temperatura de 2.600 grados centígrados, casi la mitad de los 5.000 grados centígrados de nuestro sol, es 1.500 veces más débil y 10 veces menos masiva que nuestra estrella.
Son como nosotros
Los dos planetas recientemente encontrados, conocidos como Teegarden b y Teegarden c, además de tener una masa similar a nuestro planeta, están a una distancia de su estrella que les permite tener temperaturas tan suave que hay una posibilidad muy grande de que haya agua líquida allí. O sea, parecen tener todos los elementos de planetas habitables.
Por ejemplo, el Teegarden b, el planeta más interior y cercano al sol de los dos (completa su órbita alrededor de la estrella en 4,9 días), tiene 60% de probabilidades de tener un ambiente templado, con temperaturas de entre 0 y 50 grados centígrados, aunque, suponiendo que la atmósfera es similar a la terrestre, se podría pensar que en la superficie la temperatura podría estar entre los 28 y los 45 grados centígrados. El Teegarden b, de hecho, tiene el índice de similitud con la Tierra más alto de los planetas descubiertos hasta ahora.
El Teegarden c, por su parte, tiene 3% de probabilidad de tener un ambiente templado, con temperaturas en la superficie de menos 47 y 34 grados centígrados, suponiendo que la atmósfera es similar a la terrestre, lo que hace que tenga mayores posibilidades de tener agua líquida que el Teegarden b. Este planeta completa su órbita alrededor de su sol en 11,4 día.
Ambos fueron agregados al catálogo de exoplanetas potencialmente habitables, que contiene una lista de 52 planetas que destacan entre los casi 4.000 conocidos hasta ahora por tener todas las condiciones para albergar vida, de los que se destacan 19 por tener las mayores posibilidades. Ahora, la posibilidad de que que estos planetas ya tengan vida es tema para otro artículo.
Imágenes: PHL, Nasa, y Universidad de Goettingen.