Hombre paralítico logró mover un brazo robótico con sus pensamientos: Aquí la historia

Un hombre paralítico logró mover un brazo robótico con el poder de su mente; Investigadores de la Universidad de California en San Francisco desarrollaron un sistema que convierte pensamientos en movimiento, permitiéndole realizar tareas cotidianas. Este avance es importante porque abre nuevas posibilidades para personas con discapacidad.

El protagonista de esta historia sufrió un derrame cerebral hace años, lo que lo dejó sin movilidad y sin la capacidad de hablar. Su vida cambió cuando se convirtió en voluntario para un experimento que buscaba darle una nueva forma de comunicarse con el mundo. Le implantaron diminutos sensores en la corteza motora del cerebro, encargada de controlar el movimiento. Con el tiempo, aprendió a utilizar esos impulsos eléctricos para manejar un brazo artificial con solo imaginar que movía su propio cuerpo.

Los dispositivos de este tipo han existido antes, pero siempre con un problema clave: su funcionalidad se deterioraba en pocos días. La clave de este nuevo avance radica en una inteligencia artificial capaz de adaptarse a los cambios constantes en el cerebro humano. Cada día, la actividad neuronal varía ligeramente, pero el algoritmo aprende y se ajusta, permitiendo que el brazo siga respondiendo con precisión durante meses sin necesidad de recalibraciones frecuentes.

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El proceso de aprendizaje no fue inmediato; al principio, el paciente solo podía generar movimientos torpes y limitados. Para mejorar su control, los investigadores diseñaron un entrenamiento progresivo. Primero, practicó con un brazo virtual que reaccionaba a sus pensamientos.
A medida que ganaba precisión, pasó al brazo robótico real. Con el tiempo, logró tareas más complejas: tomar objetos, moverlos de un lugar a otro, abrir armarios y acercar una taza a un dispensador de agua. Para alguien sin limitaciones físicas, son acciones simples, pero para él representaron una nueva independencia.

Después de meses de uso, el paciente aún podía controlar el brazo robótico con solo 15 minutos de ajustes previos. Esto significa que en un futuro cercano, personas con parálisis podrían usar esta tecnología en su vida diaria sin la necesidad de asistencia constante de especialistas.

El neurólogo Karunesh Ganguly, líder del proyecto, explicó que este desarrollo no solo es un avance técnico, sino también una nueva forma de entender la relación entre el cerebro y la tecnología. “Estamos aprendiendo a construir sistemas que se adaptan a las personas, en lugar de que las personas se adapten a la tecnología”, comentó.

El siguiente paso del equipo es mejorar la fluidez y la velocidad del brazo robótico para hacerlo más natural. También planean realizar pruebas en entornos reales, fuera del laboratorio, para evaluar su utilidad en la vida diaria de personas con discapacidad. La meta final es que estas interfaces cerebro-computadora sean tan confiables que puedan utilizarse en casa sin supervisión constante.

Este avance es un rayo de esperanza para millones de personas en el mundo con parálisis severa. La posibilidad de recuperar movimientos básicos, como alimentarse o agarrar un objeto, puede marcar una diferencia fundamental en su calidad de vida. Aunque aún falta camino por recorrer, los científicos están convencidos de que esta tecnología tiene el potencial de cambiar vidas.

Imagen: Archivo Particular

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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