¿La alfabetización científica, la cura para no creer conspiraciones?

Las teorías de la conspiración no son un fenómeno nuevo. A lo largo de la historia, han capturado la imaginación colectiva, ofreciendo explicaciones simplistas para eventos complejos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado y con desafíos globales apremiantes, estas teorías presentan un riesgo significativo tanto para los individuos como para la sociedad en su conjunto. La alfabetización científica emerge como un antídoto crucial contra estas creencias infundadas, promoviendo un bienestar y una sostenibilidad mayores.

Una serie de diez estudios recientes, publicados en el Journal of Consumer Research, ha demostrado que la alfabetización científica reduce la creencia en teorías conspirativas. La alfabetización científica se define como el conocimiento factual de temas científicos y la capacidad de aplicar razonamiento crítico para evaluar evidencias.

En el contexto de las teorías conspirativas, estas dos dimensiones permiten a las personas discernir entre información veraz y falsedades promovidas por dichas teorías. Estos estudios revelan que mejorar la capacidad de las personas para evaluar evidencias mediante una mayor alfabetización científica hace que sea menos probable que respalden dichas creencias.

¿Qué son creencias conspirativas?

Son narrativas según las cuales ciertos eventos son el resultado de conspiraciones secretas de grupos o individuos poderosos, a menudo con intenciones malévolas hacia la población en general.

Por ejemplo, algunas personas creen que la pandemia de COVID-19 fue orquestada deliberadamente, o que los organismos genéticamente modificados (OGM) son dañinos y que las autoridades ocultan esta información. Estas teorías afectan directamente la salud pública y la sostenibilidad. Durante la pandemia, se promovieron teorías que llevaron a una resistencia significativa hacia medidas de salud pública como el uso de mascarillas y la vacunación. De manera similar, las teorías que niegan el cambio climático han socavado esfuerzos cruciales para combatir este fenómeno global, disminuyendo el apoyo a políticas ambientales necesarias para la sostenibilidad del planeta.

No solo los individuos y la sociedad en general se ven afectados por las teorías de la conspiración. Las empresas también se encuentran en el punto de mira. Las industrias agroalimentaria y farmacéutica, por ejemplo, han sido acusadas de conspirar para ocultar los peligros de los OGM y las vacunas, respectivamente. Estos ataques pueden tener consecuencias devastadoras, tanto para la reputación de las empresas como para la confianza pública en productos esenciales para la salud y la alimentación.

¿Por qué es importante la alfabetización científica?

La investigación sugiere que la educación por sí sola puede no ser suficiente para combatir las teorías de la conspiración. Es esencial que la educación incluya una formación específica en alfabetización científica. Esto significa no solo enseñar hechos científicos, sino también desarrollar habilidades de pensamiento crítico que permitan a las personas evaluar la evidencia de manera adecuada. Intervenciones educativas dirigidas a mejorar la alfabetización científica han demostrado ser efectivas, especialmente cuando se centran en corregir déficits cognitivos específicos.

El impacto de la alfabetización científica en las creencias conspirativas puede variar según ciertos moderadores. La solidez de la evidencia presentada y el uso de narrativas versus razonamiento lógico son factores que pueden influir en la eficacia de las intervenciones. Un mecanismo clave es la capacidad de distinguir entre causalidad y correlación, una habilidad que la alfabetización científica puede fortalecer, ayudando a las personas a identificar falacias en argumentos conspirativos.

Los autores del estudio, Nathan Allred y Lisa E. Bolton, concluyeron que la alfabetización científica debilita las creencias conspirativas y la conducta relacionada con ellas.

Además observaron, en datos secundarios internacionales, muestras con alto nivel de conspiración y entre consumidores con alto nivel educativo. Además, la alfabetización científica mejora la evaluación de la evidencia, particularmente cuando esta es más débil y se enfatiza el razonamiento sobre la narración.

Imagen:Arkadiusz Warguła

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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