La evolución nos devolvió un ave extinta hace 136.000 años

Seguramente has escuchado alguna vez la leyenda del fénix. Un ave mística (e inexistente) que tiene la capacidad de volver a la vida, renaciendo de sus propias cenizas. Bueno, resulta que no es tan inexistente del todo. Hay un ave que, aunque no volvió a la vida de sus cenizas sino de su propia evolución, es lo más parecido a un fénix que existe en la realidad.

Se trata del riel de garganta blanca de Aldabra (dryolimnas cuvieri aldabranus), una especie que surgió luego de que, hace cientos de miles de años, los rieles de Madagascar (dryolimnas cuvieri) comenzaron un proceso de emigración que los llevó a distintos lugares de la Tierra, entre ellos Aldabra, un atolón de coral, ubicado en el Océano Índico, como señala un artículo de Eureka Alert.

Allí, ante la ausencia de depredadores, estas aves evolucionaron hasta perder la capacidad de volar. Algo que les jugó en contra cuando, hace unos 136.000 años, Aldabra sufrió un proceso de inundación que cubrió el lugar completamente con agua de mar, lo que destruyó toda la fauna y flora, incluyendo a los rieles de Aldabra, de acuerdo con la página del Museo de Historia Natural del Reino Unido.

Lee más sobre biología en este enlace.

Unos 36.000 años después de esa inundación, ocurrió un evento glacial que provocó que los niveles de agua que cubrían Aldabra descendieran y los rieles de Madagascar volvieron a realizar un proceso de emigración hacia esa zona. Con el paso del tiempo, ocurrió el mismo proceso evolutivo que había pasado antes y esas aves volvieron a perder su capacidad de volar, volviéndose, de nuevo, los rieles de garganta blanca de Aldabra.

A ese proceso en el que una especie sufre el mismo proceso evolutivo, desarrollando estructuras similares del mismo ancestro, pero en diferentes momentos de la historia, los científicos lo llaman evolución iterativa.

La historia se repite y las especies renacen

Evolución

Expertos de la Universidad de Portsmouth y del Museo de Historia Natural del Reino Unido realizaron una investigación al respecto en la que tomaron evidencias fósiles de esta especie, de antes del evento de inundación, y la compararon con los huesos de la especie que actualmente habita Aldrabra y encontraron similitudes en el tobillo y las alas, lo que demuestran que en ambos casos los rieles de Madagascar sufrieron el mismo proceso de evolución hacia la ausencia de vuelo, como se puede leer en los resultados del estudio, publicados en el Zoological Journal of the Linnaean Society de Londres.

Y así tenemos nuestra propia ave fénix, en versión miniatura, que no sabe volar y que, aunque sea menos mágico que el fénix de los relatos, renació de las ‘cenizas’ de un mismo proceso de emigración y evolución de sus antepasados. Bienvenido de vuelta, amiguito emplumado. Esperamos que tu hogar nos se vuelva a inundar.

Imágenes: Julian Hume y Wikipedia.

Fernando Mejía

Fernando Mejía

Quise ser músico, cineasta, astronauta, científico y poeta, cuando supe que solo me alcanzaba para la última, me hice periodista en el Externado para al menos escribir de todo eso y no defraudar al niño que fui.

View all posts

Archivos