La Nasa logró lanzar exitosamente la misión llamada OSIRIS-REx, que tomará una muestra de un asteroide cercano a la Tierra. Este nuevo viaje podría revolucionar nuestro entendimiento de los inicios del sistema solar, y busca conocer detalles de un asteroide que posiblemente choque con la Tierra en unos cien años.
La nave OSIRIS-REx, cuyas siglas en inglés responden a Los Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos, Explorador de Seguridad; está diseñada para llegar al asteroide Bennu, estudiarlo y recoger una muestra del mismo para traerla a la Tierra, explicó la Nasa. La misión OSIRIS será la primera misión de Estados Unidos en traer muestras de un asteroide a la Tierra, y será la muestra más grande traída del espacio desde la era de las misiones Apollo.
¿Por qué queremos estudiar a Bennu?
Los asteroides como Bennu son remanentes de la formación de nuestro sistema solar, hace más de 4.500 millones de años. Los científicos sospechan que los asteroides pudieron haber sido una fuente de agua y moléculas orgánicas que fueron las formaron la Tierra y otros cuerpos planetarios. La muestra que traiga OSIRIS de Bennu nos ayudará a tener un análisis preciso y mucho más útil que las muestras que no sabemos de dónde vienen, o de restos de meteoritos.
El otro motivo por el que la Nasa quiere estudiar a Bennu es que este asteoride posiblemente impacte con la Tierra dentro de cien (o más) años. Aunque esta es solo una probabilidad de 1 en 2.500, la Nasa quiere asegurar opciones para evitar que esto suceda o para contrarrestar los efectos de este impacto. Bennu tiene un diámetro de 492 metros, así que su choque podría causar daños graves en nuestro planeta, según informó CNN. Además de las pequeñas posibilidades de que esto pase, la Nasa solo conoce un 51% del total de asteroides cercano a la Tierra, así que aún hay muchas amenazas cercanas que no sabemos que existen.
¿Cómo será la misión de OSIRIS-REx?
OSIRIS llegará a Bennu en agosto de 2018 y comenzará a usar sus instrumentos para mapear el asteroide y prepararse para recolectar la muestra. Ese proceso tardará unos 18 meses, en los que la sonda tomará fotos detalladas para detectar objetos en la superficie y así los científicos decidirán en qué parte del asteroide se tomará la muestra, según explicó Space.com.
Una vez que se seleccione el lugar, OSIRIS-REx se acercará más al asteroide, pero en lugar de aterrizar en la superficie (que es muy inestable), la sonda desplegará su brazo de más de 3 metros de largo, llamado TAGSAM (Touch-and-Go Sample Acquisition Arm). Una corriente de gas nitrógeno ‘revolverá’ los materiales sueltos en la superficie y los guiará al contenedor de muestra en la punta del brazo.
Para las labores científicas necesarias, TAGSAM necesita recoger al menos 60 gramos de material, aunque es capaz de guardar hasta 2 kilos de muestra. Si el primer intento no logra recoger la cantidad necesaria, el brazo tiene dos intentos más. Una vez que se recoja los suficiente, las operaciones de ciencia terminarán y comenzará el proceso de regreso.
El viaje a casa
Una vez tomada la muestra, OSIRIS esperará a que Bennu y la Tierra se alinean, en marzo de 2021, para aprovechar al mayor acercamiento entre los dos cuerpos y ahorrar la mayor cantidad de combustible como sea posible para el regreso a la Tierra. Luego de abandonar Bennu, OSIRIS comenzará su viaje de dos años y medio de regreso a la Tierra, y hará dos vueltas al Sol antes de que llegue a la Tierra en septiembre de 2023. Al acercarse a la Tierra, la sonda liberará la cápsula de la muestra, que caerá por la atmósfera a más de 43.452 kilómetros por hora, protegida por un escudo de calor. Luego un paracaídas se desplegará cuando la cápsula esté a 3 kilómetros de la superficie, y así la cápsula caerá suavemente en Utah, Estados Unidos. La Nasa recogerá la muestra y los científicos tardarán unos dos años analizando la muestra. Mientras, OSIRIS seguirá orbitando el sol y se le podría asignar otra tarea, en cuanto el combustible pueda mantenerla funcionando.
Mira el video del lanzamiento.
Imágenes: Nasa.