La Tierra está sufriendo cambios drásticos, eso no es un misterio para casi nadie. Sin embargo, solo sentimos unos pocos, como la temperatura, el clima o las extrañezas en los comportamientos de algunos animales. Sin embargo, hay otros cambios, más complejos, pero menos perceptibles. Uno de ellos es que, como un trompo cuando comienza a perder su velocidad, la Tierra se tambalea mientras se mueve, lo que ha causado que su eje se desplace unos 10,5 metros en los últimos 120 años, de acuerdo con Scientific American. Los científicos llaman movimiento polar a estos cambios en el planeta.Hay un estudio sobre ese movimiento polar, cuyos resultados serán publicados en la revista Earth and Planetary Science Letters, en noviembre, pero del que ya se puede leer una parte. Según esa investigación, hay tres causas por las que la Tierra está bamboleándose sobre su propio eje, pero todas tienen un factor común: la culpa es de los humanos.
Tres síntomas de un mismo cáncer
La primera causa es que el aumento de la temperatura en los últimos 20 años ha hecho que el hielo de Groenlandia se derrita, lo que causa que 7.500 gigatoneladas de hielo hayan llegado al océano, aumentando los niveles del mar, lo que cambió la estabilidad en la rotación en la Tierra. Para ponerlo más claro, es como si de repente te pusieran una maleta muy pesada en la espalda, eso hará que tu forma de caminar cambie en algún momento.“Hay un efecto geométrico que consiste en que una masa que está a 45 grados del Polo Norte [Groenlandia] o del Polo Sur [Patagonia], tendrá un mayor impacto en el eje de rotación de la Tierra que una masa que esté cerca de cualquiera de los polos”, dijo Eric Irvins, investigador del Laboratorio de Propulsión a Jet y coautor de esta investigación, citado por USA Today.Para aprender más sobre tu hogar, la Tierra, ingresa acá.La segunda causa es un surgimiento de rocas en la capa terrestre en donde antes había hielo. Debido a que ya no está bajo el peso de esas masas congeladas, la tierra comienza a elevarse, en algo que los científicos llaman rebote glacial. La tercera causa corresponde a algo que llaman convección del manto terrestre. Es decir, una variación en el movimiento y circulación de las rocas fundidas, que se ubican entre el núcleo y la superficie, o manto, de la Tierra.Para dejarlo más claro: la roca que se encuentra a altas temperaturas bajo las capas más superficiales de la Tierra están en constante movimiento. Como una lámpara de lava, la masa más cercana al núcleo se calienta y comienza a elevarse; cuando se enfría, vuelve a descender. Si hay un cambio en la temperatura, ese movimiento se acelera o desacelera.
Nada de nervios, el trompo sigue rodando… al menos por ahora
Y, aunque suena gravísimo, los científicos dicen que no debemos alarmarnos, guardar suministros ni esperar lo peor. Estos bamboleos de la Tierra, aunque no son alegres como un baile ni normales, son tan leves, al menos por ahora, que no afectarán la agricultura ni el clima. Sin embargo, pueden causar cambios en los equipos de navegación, pero son tan pequeños que se pueden corregir con facilidad. A pesar de que no hay una alarma, sería bueno prestarles atención y hacer algo por el cambio climático para que la cosa no se ponga fea en el futuro y nos enfrentemos a una verdadera alarma. Imagina que el trompo terrestre comience a bambolearse cada vez más hasta que se caiga y se detenga; no estaría para nada lindo.Imágenes: PIRO4D, Mariamichelle (vía: Pixabay) y iStock.