El lunes, 11 de julio, la NASA reveló las primeras imágenes a todo color tomadas por el Telescopio Espacial James Webb, las cuales emocionaron al mundo. Y es que estas fotografías le regalaron a la humanidad una mirada mucho más detalla y profunda del inmenso universo. Lo mejor de esto, es que es apenas el comienzo, pues se espera que el James Webb siga recorriendo el espacio y tomando fotografías de lo que hay a su alrededor.
Pero esta no es la primera foto tomada a color en el espacio. En 1990 la NASA lanzó el telescopio espacial Hubble, el cual también tomó fotografías del espacio. Sin embargo, la diferencia entre fotografías es notoria, pues la tecnología con la que cuenta el James Webb es suficiente para ver a profundidad las estrellas y galaxias que habitan en el espacio.
De hecho, las revelaciones incluyen un cúmulo galáctico y un agujero negro, la atmósfera de un planeta lejano y hasta una “guardería estelar” donde se supone, nacen las estrellas. Todo esto no es novedad, pues el Hubble ya antes los había identificado, pero debido a la gran tecnología de los instrumentos del James Webb y su gran capacidad se pueden ver todos estos cuerpos celestes y formas galácticas con mayor claridad.
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¿Estamos solos en el universo? Uno de los objetivos principales de la NASA con este tipo de telescopios es encontrar signos de vida en el universo. Por otro lado, esperan conocer a profundidad los 5000 exoplanetas que hay y determinar cuáles tienen las condiciones para que los humanos lo puedan habitar. Los científicos esperan que con el James Webb estas incógnitas queden resueltas.
De hecho, el James Webb logró identificar que en el exoplaneta WASP-96 hay signos inequívocos de agua e incluso evidencia de nubes. Esto es un “método indirecto” para estudiar los exoplanetas, así lo explicó la científica adjunta al proyecto, Knicole Colón. Sin embargo, el telescopio utilizará métodos de observación más directos desde el próximo año. Por ejemplo, el James Webb cuenta con los instrumentos suficientes para detectar moléculas como el metano o el dióxido de carbono.
Por otro lado, el telescopio le echó un vistazo a una nebulosa planetaria denominada NGC 3132 o “Nebulosa del Anillo Sur”. En la fotografía y las muestras tomadas de ella, el telescopio le proporcionó a los científicos más pistas sobre el rumbo que toman las estrellas cuando su vida termina. Sí, una nebulosa planetaria es un área repleta de polvo cósmico y gas que se genera por las estrellas moribundas.
Solo queda esperar las maravillas que siga capturando el telescopio James Webb del espacio.
Imagen: NASA