Según la Nasa, existen algunos descubrimientos significativos en la búsqueda de entornos habitables o lugares que son propicios para la vida humana. Pese a especulaciones, la Nasa ha aclarado que los estudios más profundos indican que existen dos lugares que hasta ahora son potencialmente habitables.
Thomas Zurbuchen, uno de los responsables del Departamento de Misiones Científicas de la Nasa, asegura que estas teorías también nos acercan a responder la pregunta de si realmente estamos solos en el universo.
Nasa: Lugares habitables
Trappist- 1
A 39 años luz de la Tierra, en la constelación de Acuario, hay una estrella enana, ultrafría y muy tenue llamada Trappist-1, en esta se encuentran siete mundos con tamaños parecidos al de la Tierra. Estos tienen ciertas características que, en principio, les permitirían tener agua líquida y, como consecuencia de ello, albergar algún tipo de vida.
Un sistema solar repleto de planetas que parecen ser similares al nuestro.
De estos siete planetas, tres son particularmente prometedores para ser considerados ‘gemelos’ de la Tierra, pues están en la llamada zona habitable de su estrella y probablemente se trata de mundos rocosos.
Cabe anotar que nunca antes se había encontrado un sistema solar tan cercano con tantos planetas tan parecidos al nuestro. La búsqueda comenzó en los años 90, cuando se descubrieron los primeros planetas fuera de nuestro sistema solar (llamados exoplanetas o planetas extrasolares).
Marte, el Planeta Rojo
Curiosity y Opportunity, dos vehículos exploratorios de la Nasa, están a una distancia de 5.200 millas (8.368 kilómetros) en la superficie de Marte y probablemente, nunca se encontrarán. Sin embargo, según estudios publicados en la revista Science, han revelado detalles acerca de las condiciones habitables del Planeta Rojo.
Opportunity no tiene los instrumentos necesarios para detectar carbono o nitrógeno, -elementos necesarios para la vida- directamente. Pero ha sido capaz de hallar minerales de arcilla esméctica, los cuales se forman en presencia de agua, en rocas situadas en el borde del cráter Endeavour.
Curiosity, por otro lado, aterrizó en el cráter Gale, y ayudó a los científicos a determinar que un área llamada bahía Yellowknife fue habitable en otros tiempos. Aquí, desde el borde del cráter descendían corrientes de agua que formaron un sistema de lago-arroyo-aguas subterráneas que podría haber existido durante millones de años.
Imagen: Nasa