El matemático John Nash, una de las mentes más influyentes del siglo XX, falleció el pasado sábado a los 86 años. Según reportó la policía del estado de Nueva Jersey al portal NJ.com, Nash y su esposa, Alicia López Harrison de Lardé, de 82 años, salieron disparados del taxi en el que viajaban cuando su conductor perdió el control del vehículo en una autopista. Fueron declarados muertos menos de una hora después del accidente.
Nash es conocido por su lucha contra la esquizofrenia paranoide, que fue retratada en la popular película ‘Una mente brillante’, protagonizada por Russell Crowe y ganadora de cuatro premios Óscar en 2002, entre ellos el de mejor película. Pero este matemático, ganador del premio Nobel de economía en 1994 por su contribución a la teoría de juegos, ha trabajado en varios otros campos.
Hoy el llamado ‘equilibrio de Nash’ es una teoría fundamental en varios campos del saber. Esa teoría, que esbozó originalmente en 1951 en su tesis de doctorado en la Universidad de Princeton, es una bisagra fundamental de la teoría de juegos, una disciplina que estudia la toma de decisiones y se emplea en campos que van desde los negocios hasta la guerra.
Además de eso, Nash escribió una carta en la que proponía a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos el desarrollo de una máquina criptográfica que empleara los principios computacionales que, décadas después, permiten el cifrado de datos que tenemos en nuestros días.
El sistema que esbozó Nash “propone que la seguridad del cifrado se base en el poder computacional –esa es exactamente la transformación a la criptografía moderna que se hizo dos décadas después en el resto del mundo–”, escribe Noam Nisan, un bloguero experto en criptografía.
A Nash le sobreviven dos hijos, John Charles Martin Nash –que también es hijo de López– y David Stier, producto de una relación extramatrimonial.
Imagen: Prometheus72 (vía Shutterstock)
Lastima por la perdida, pero que paradoja era tan inteligente pero murió por no llevar un cinturón de seguridad.
Es que una cosa es la inteligencia y otra la función ejecutiva (aunque pueden estar íntimamente ligadas en algunas actividades de la vida diaria). De hecho, la esquizofrenia suele cursar con disfunción ejecutiva (aunque no es uno de sus síntomas cardinales) y el no ponerse el cinturón es un clásico ejemplo de disfunción ejecutiva.
Lastima por la perdida, pero que paradoja era tan inteligente pero murió por no llevar un cinturón de seguridad.
Es que una cosa es la inteligencia y otra la función ejecutiva (aunque pueden estar íntimamente ligadas en algunas actividades de la vida diaria). De hecho, la esquizofrenia suele cursar con disfunción ejecutiva (aunque no es uno de sus síntomas cardinales) y el no ponerse el cinturón es un clásico ejemplo de disfunción ejecutiva.
lamentable perdida de este gran matemático, fue una verdadera mente brillante … Ramiro Helmeyer ´´`
lamentable perdida de este gran matemático, fue una verdadera mente brillante … Ramiro Helmeyer ´´`